viernes. 29.03.2024

Una enorme despensa subterránea situada en el archipiélago noruego de Svalbard conserva un duplicado de cada una de las muestras de semillas de todo el mundo para evitar la pérdida de biodiversidad en caso de una catástrofe mundial.

Cercano a las montañas de Longyearbyen, en el asentamiento de Spitsbergen, en la mayor isla de archipiélago noruego de Svalbard, encontramos entre el paisaje helado un extraño cubo de hormigón. Tras su puerta, que solo unos pocos están autorizados a traspasar, un largo túnel nos lleva hasta unas enormes cúpulas perforadas en el interior del permafrost, terreno congelado permanentemente y que actúa como un gigantesco congelador natural, para mantener, con una temperatura permanente de unos -18º a las cientos de miles de semillas que se van almacenando allí enviadas desde todos los rincones del mundo.

El lugar, considerado por sus gestores como “el más seguro del mundo”, fue impulsado por el gobierno noruego y gestionado por el Fondo Mundial para Diversidad de Cultivos, ha sido denominado como 'El Banco Mundial de Semillas de Svalbard'.

En la actualidad, “el Arca de Noé del mundo vegetal”, ya almacena un tercio de las especies vegetales conocidas. La idea no es nueva, ya que estos depósitos o bancos de semillas se pueden encontrar en varios países con la diferencia de que éstos no tienen la variedad ni la capacidad de almacenaje que posee la Bóveda de Svalbard y tampoco tienen una autonomía de conservación tan elevada.

Noruega guarda en un búnker todas las semillas del mundo