jueves. 28.03.2024

 

Investigadores de la Universidad McGill (Canadá) han publicado en la revista Nature un experimento con un pez africano denominado bichir de Senegal (Polypterus senegalus). Los científicos seleccionaron un grupo de ejemplares juveniles de estos peces y los forzaron a vivir en condiciones similares a las terrestres durante ocho meses –en un tanque de aproximadamente tres milímetros de agua–.

 

Los resultados indican que estos animales manifestaron cambios anatómicos y conductuales significativos, lo que ayuda a comprender qué podría haber sucedido cuando los primeros peces trataron de salir del agua.

 

"Queríamos utilizar este mecanismo para ver qué nuevas anatomías y comportamientos podíamos desencadenar, y si coinciden con lo que conocemos de los registros fósiles”, explica Emily Standen, que dirigió el proyecto en la Universidad McGill y actualmente trabaja en la Universidad de Ottawa (Canadá).

 

Los peces del experimento que se expusieron a condiciones parecidas a las terrestres aprendieron a caminar con mayor eficacia –colocando sus aletas cerca del cuerpo–, llevaban la cabeza más alta y se movían más rápido.

 

“Anatómicamente, su esqueleto pectoral se hizo más alargado, posiblemente para aumentar el apoyo al caminar, y disminuyeron el contacto con el cráneo para permitir potencialmente mayor movimiento de la cabeza y cuello", asegura Trina Du, coatura del estudio. Este es el primer ejemplo que demuestra que la plasticidad pudo haber facilitado una transición evolutiva a gran escala, primero con un acceso a nuevas anatomías y comportamientos, y más tarde consolidándolos genéticamente por selección natural.

 

"Debido a que muchos de los cambios anatómicos reflejan el registro fósil, podemos formular la hipótesis de que esta alteración del comportamiento que vemos también revela lo que pudo haber ocurrido cuando los peces primitivos caminaron por primera vez con sus aletas en la tierra", concluye Hans Larsson, de la cátedra de investigación en macroevolución de la Universidad McGill y profesor asociado en el Museo Redpath (Montreal, Canadá).

Un pez que camina revela la evolución de los animales terrestres