viernes. 19.04.2024

Un año después de presentar su proyecto para la nueva ciudad deportiva, el Celta de Vigo sigue a la espera de que los comuneros de la parroquia de Tameiga, en la localidad vecina de Mos, acepten la construcción del centro comercial que el club presidido por Carlos Mouriño pretende levantar para hacer viable la inversión.

 

El 16 de diciembre del 2017, el Celta presentó en el Multiusos de Mos su proyecto de ciudad deportiva, que afecta a una superficie de 864.650.000 metros cuadrados, de los cuales 142.000 se reservaban para uso comercial. Pero la fuerte oposición de asociaciones vecinales y ecológicas al proyecto dificulta su aceptación, por lo que la única vía que queda para que salga adelante es el de la expropiación forzosa de los terrenos necesarios, la mitad de ellos comunales, para que posteriormente el ayuntamiento de Mos se los ceda al Celta. "Mouriño quiere dar un pelotazo urbanístico", denuncia el presidente de los comuneros, Antonio Cajide, quien avisa que el club de fútbol se encontrará con la "fuerte" oposición de los vecinos pese a que cuenta con el apoyo de la corporación municipal.

 

La Comunidad de Montes pide ocho metros por cada uno de cesión y el Celta ofrece un dos por uno del todo, una oferta insuficiente para los propietarios del monte. No obstante, el presidente del Celta ya dejó claro tras la última junta de accionistas que sin la parte comercial el proyecto de ciudad deportiva -en el que también está previsto la construcción de un estadio- no saldrá adelante. "Estamos muy ilusionados porque es un proyecto importantísimo para el Celta", dijo el pasado 6 de noviembre Mouriño, quien al ser cuestionado por si esa ciudad deportiva va ligada al centro comercial fue rotundo.

 

"Si se hace una modificación puntual es para todo el proyecto. No soy político, no sé lo que se va a hacer. Pero o se hace la puntuación para todo el proyecto o no se hace. Dirán sí o no, pero a todo el proyecto. ¿Quién puede dividir el proyecto? Yo creo que no se puede dividir", manifestó Mouriño. En esa junta de accionistas, el máximo accionista del Celta, quien valoró en 200 euros el precio de cada acción, tampoco descartó la posibilidad de construir un nuevo estadio debido al conflicto que mantiene con el ayuntamiento de Vigo por la concesión de Balaídos.

El Celta, "prisionero" del área comercial para construir su nueva ciudad