sábado. 20.04.2024

Un refugiado sirio que estudia Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) ha pedido hoy más ayuda y comprensión en la Unión Europea hacia las miles de personas que huyen de la guerra que se vive actualmente en su país. Muhamad Kamal Aldalati, originario de la localidad de Madaia, al sur de Siria, hoy asediada y en donde unas cuatrocientas personas necesitan tratamiento médico urgente; ha comentado que él es uno de los diez sirios residentes en la Comunidad autónoma de Galicia que disponen de estatuto de refugiado.

 

En una reunión en Compostela con un grupo de periodistas y miembros de la organización humanitaria Médicos del Mundo, Kamal Aldalati ha destacado que, tras estudiar para anestesista, ejerció de ayudante en un campamento de asistencia a víctimas de la guerra, pero huyó del país en 2013.

 

"Abandoné porque trabajaba en un hospital de campaña en el que mataron a un hombre que se llamaba también Kamal Aldalati, lo confundieron conmigo, y tuve que salir, sino no sobreviviría", ha resumido. Ha asegurado, asimismo, que logró escapar al vecino Líbano, donde fue alojado temporalmente por familiares, y contactar con una prima suya que trabaja en Madrid, la cual le consiguió que un ciudadano español enviase una "carta de invitación" dirigida a la Embajada de España en Beirut, que finalmente le concedió un visado para poder viajar.

 

Llegó posteriormente en avión a Madrid y logró un año y tres meses después de aquello el estatuto de refugiado, con lo que empezó a estudiar la carrera de Medicina en la Universidad de Santiago (USC) el verano pasado. Kamal Aldalati se siente un "privilegiado", comparado con las dificultades por las que muchos de sus compatriotas pasan para poder llegar a los países de la Unión Europea, y, en este sentido, ha dicho estar muy "apenado", especialmente por los miles de personas que "han desaparecido en el mar" tratando de huir del conflicto en busca de refugio en la UE. Ante este desafortunado escenario, ha pedido a la población de España y de otros países de la Unión Europea que acojan a los refugiados "con una sonrisa".

 

También que les ofrezcan vivienda, aprendizaje del idioma y otras necesidades básicas que permitan su integración, para evitar de este modo que, una vez en sus nuevos destinos, se "encierren" en sí mismos. En su opinión, los gobiernos de los países de la Unión Europea deberían ayudar con mayor énfasis a las organizaciones no gubernamentales que trabajan en labores humanitarias, porque "un refugiado recién salido de una guerra interminable necesita una empujón hacia adelante" para, con ello, poder en la medida de lo posible empezar una nueva vida.

Un refugiado sirio pide más ayuda para la población que huye de la guerra