martes. 16.04.2024

La Federación de Industria Automovilística de UGT exige la participación de las secciones sindicales en las negociaciones de la compra de Opel Vauxhall por la multinacional francesa PSA, así como el mantenimiento del empleo y de las inversiones previstas en las plantas de ambos grupos. Así lo ha anunciado el secretario sectorial de Industria Automovilística UGT FICA, Jordi Carmona, en una rueda de prensa en Zaragoza en la que han participado además los secretarios generales de la federación en Aragón, José Juan Arceiz; en Opel, Pedro Bona, y en PSA, Juan Manuel Gómez, y a la que no ha podido asistir el representante en la planta de Vigo, Rubén Pérez, por problemas de transporte.

 

Carmona ha aprovechado para resaltar que las plantas de PSA en Vigo y Madrid y la de Opel en Figueruelas (Zaragoza) son las más productivas y también las más competitivas en sus diferentes grupos gracias a unos acuerdos que han permitido que las plantas "no estén en una situación de debilidad". Según el responsable federal de UGT FICA, las tres plantas presentan un alto nivel de flexibilidad para dar respuesta a las necesidades del mercado, de calidad y de profesionalidad que hacen que su valor añadido "sea muy superior a las del resto de los diferentes grupos". Y dado el volumen importante de trabajadores que suman estas plantas, Carmona ha advertido de que los sindicatos no pueden ser "meros espectadores o personas externas" en la negociación de esta venta que ayer se hizo oficial.

 

Una de las prioridades de UGT es el mantenimiento de las tres plantas productivas en España, "no porque sea primordial, sino porque son competitivas y pueden hacer un buen trabajo", pero también de las inversiones previstas, del conjunto de los trabajadores y de los acuerdos de adjudicación de nuevos modelos, "tal como estaba previsto antes de la compra". Además, esta federación va a remitir una carta con urgencia al ministro de Economía, Luis de Guindos, para informarle de esta postura y pedirle que haga una apuesta "clara y de estabilidad" para las plantas, y al presidente de PSA, Carlos Tavares, para exponerle las exigencias reseñadas. Son los mismos planteamientos que se van a exigir para las empresas auxiliares y proveedoras con el fin de evitar su marcha.

 

Unas empresas que, como ha recordado José Juan Arcéiz, se han diversificado mucho y tienen una dependencia "relativa" de Opel porque también trabajan para otras plantas y el lanzamiento del C3 les ha permitido entrar a trabajar para el grupo. Para Carmona, lo "fundamental" ahora es la coordinación con las demás fuerzas sindicales y el Gobierno, para no estar "en una pata coja", y que sea "lo más cerrada posible" con el fin de que el proceso de compra hasta la estabilización sea lo más positivo para las respectivas plantillas, entendiendo que "puede ser una oportunidad" para ser "más grandes y más estables" y garantizar su futuro a largo plazo. Por su parte, Pedro Bona ha advertido de que el acuerdo hecho público ayer no es una venta sino una intención, por lo que ha augurado que va a ser un proceso "largo y duro" y la postura de UGT es que la operación llegue a buen puerto.

 

Bona, quien se ha mostrado satisfecho de la contundencia con que Tavares les transmitió ayer sus objetivos, ha recordado que en este mercado los planes de producción se presentan con mucha antelación a su ejecución y que en el caso de Figueruelas está asegurado a medio plazo con dos modelos nuevos este año, mientras que el proyecto 9B, con dos nuevos modelos, está aparcado. No obstante, se ha mostrado esperanzado con este acuerdo y con la posibilidad de demostrar a PSA en apenas tres meses "de lo que es capaz de hacer Opel Figueruelas con el Cintröen Picasso".

 

Desde PSA, Juan Manuel Gómez ha opinado que es una buena noticia la incorporación de Opel a un grupo que ha pasado, ha recordado, unos años conflictivos hasta la entrada de Tavares y que permite que las tres plantas se encuentren entre las cinco más competitivas de las cinco del grupo. Dado el peso de producción que adquirirán las tres plantas en el grupo, Gómez ha incidido en la necesidad de que las administraciones se impliquen porque "no vale una simple llamada de teléfono", al considerar que la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, desconoce donde está ubicada la factoría. Ante el temor de que prime una marca sobre otras, ha recordado que la compartición de plataformas ya es común en el grupo y es lo que debe servir para afianzar las tres plantas españolas.

 

A este, respecto Pedro Bona sí ha reconocido que es un temor que afectaría más a Opel porque es una compañía con pérdidas que solo está aprovechada al 80 %, pero espera que PSA entienda que Zaragoza, "una planta que ha hecho los deberes y ha demostrado la eficiencia que quiere Tavares" es "conveniente tenerla". También genera inquietud al grupo la nueva fábrica de Marruecos de PSA, aunque Gómez ha informado de que la idea es que suministre al mercado africano y "podría ser hasta beneficioso".

UGT exige participar en las negociaciones y mantener el empleo e inversiones