Queda una semana para Halloween y en la localidad de Ponteareas (Pontevedra), donde está el mayor almacén de disfraces de toda España, con un catálogo de 125.000 productos, difícilmente dan abasto para despachar los más de 50.000 disfraces que esperan vender hasta el próximo día 31.
"Es un negocio muy estacional y durante un periodo de tiempo muy limitado tienes que hacer que salgan muchos pedidos en un plazo muy breve de tiempo, y, sobre todo, hay que reforzar el personal de almacén, el de tienda y el de atención telefónica al cliente para otros países", explica a Efe Lía Novoa, del departamento de marketing de Don Disfraz. Don Disfraz es una compañía que no produce, sino que compra los disfraces a "todo tipo de proveedores" y luego los distribuye, para lo cual tiene 20 empleados fijos, pero en estos días roza los 40, y en la temporada de Carnaval de 2018 llegó a tener 60.
Ahora mismo, el personal de la empresa, cuyo 95 por ciento de facturación procede de la venta online, se afana en empaquetar y enviar disfraces del Payaso IT, El Cuento de la Criada o La Casa de Papel, que son los más buscados por los adultos, o de calabazas, zombies y personajes como Chucky o Maléfica, que son lo que piden los niños. El éxito de ventas de Don Disfraz se ha traducido en una rápida y paulatina expansión internacional con distribución a Alemania, Francia e Italia, lo que ha llevado a la empresa a crecer casi un 30 por ciento anual.
"Estudiamos qué oportunidades de venta hay en cada momento del año porque en cada país hay diferentes oportunidades, como el Carnaval que hay en Alemania y que empieza el 11 de noviembre o como las fiestas medievales, que tienen un tirón enorme en Francia", explica Novoa. Fundada por Pilar y Roberto Domínguez en 2007, Don Disfraz ha ido ocupando espacio en el mercado de los disfraces nacional e internacional y es ya una referencia de compra online de miles de entusiastas del día de difuntos.
