sábado. 20.04.2024

La ferrolana Vanesa Bermúdez acaba de regresar a Galicia tras catorce años destinada en Castellón. Sus hijos, de tres y seis años, nunca han estado escolarizados porque ella no confía en la educación reglada. Siempre han ido y lo seguirán haciendo en A Coruña a un proyecto libre, “que no mata la creatividad de los niños”. “Cuando llegó la edad de escolarizarlos yo no lo veía claro. Empiezas a plantearte otras cosas y empiezan a venir a ti”, cuenta Bermúdez en una conversación con Efe, en la que opina que “la escuela tradicional va muy en contra de la biología del niño” por sus normas, relativas a la obligación de estar sentado determinadas horas o tener que pedir permiso para ir al baño.

 

Así, considera que no “cuida mucho los intereses de los niños” y no se tiene al estudiante como “eje fundamental”. El proyecto al que acuden se adapta “a los intereses de cada niño”, con diferentes partes que se destinan a una temática, como un laboratorio, un espacio de pintura, otro de arcilla u otro de carpintería. Hay asambleas en las que, cada dos días, los niños se apuntan voluntariamente al taller que les interesa. Si al acudir no les gusta, pueden abandonarlo, pero no pueden regresar. Es un espacio compartido, con niños de tres a doce años. Además, el proyecto libre al que acudían en Castellón es “muy grande” y “con mucha naturaleza”. Los padres acompañaban a los niños en esta educación.

 

En su caso, era el padre de sus hijos el que acudía, ya que ella trabajaba. “Allí la mayoría eran padres”, asegura con sorpresa. Por el contrario, el centro al que empezarán a ir sus hijos en A Coruña, ciudad en la que vive desde febrero, no requiere la presencia de la madre o el padre, pero también son los padres los que opinan y se organizan sobre cómo se llevará a cabo la educación. La actual situación del coronavirus está empujando a muchos padres a experimentar nuevas formas de educación como esta, debido a la incertidumbre del comienzo del curso escolar, atestigua. Vanesa lo entiende pero cree que no es “un interés genuino”, y sí, en cambio, la búsqueda de una solución por el momento que atraviesan

Una madre defiende educar fuera de lo reglado porque "no mata la creatividad"