martes. 16.04.2024

Adriana Viz Fernández es una mujer de Lalín (Pontevedra) que tiene 31 años y que se ha librado de la muerte al poder contar, sin sufrir un solo rasguño, que ha sobrevivido al epicentro de la gran explosión de Beirut. La deflagración ocurrida el martes en el puerto de la ciudad ha causado 137 muertos y más de 5.000 heridos.

 

“Estoy en estado de shock”, ha dicho a EFE esta abogada gallega especialista en comercio internacional que se encuentra en Beirut desde el pasado 20 de julio, un viaje que pretendía ser de vacaciones, porque en la capital del Líbano vive su pareja. Adriana, en su relato, cuenta que se encontraba a “400 metros del epicentro de la explosión en línea recta” y es por ello que hace la siguiente reflexión:

 

“Milagrosamente estoy bien porque no tengo nada de nada, aunque no sé cómo; pero estoy bien”. Habla, vía telefónica, desde una casa ubicada en la montaña a kilómetros de la capital, un lugar en el que se encuentra alojada con la familia de su compañero sentimental que también ha huido de su residencia habitual en Beirut, ya que las viviendas en las que vivían están ahora totalmente destrozadas por la brutal onda expansiva que arrasó sus inmuebles.

 

“Desde mi terraza se veía el puerto”, narra Adriana, que desconfía de la versión oficial porque puede “confirmar al 100% que minutos antes de la explosión" escuchó medios aéreos sobrevolando esa parte de la casa. "Sentí algo raro, luego se produjeron unos cortes, diferentes a los habituales, en la wifi y en la electricidad, y después volvieron a escucharse aviones, por lo que temí que iba a suceder algo; escribí a mi pareja para preguntarle qué estaba pasando y en ese momento se oyó esa explosión exponencial que se produjo, rompiéndolo todo", detalla al ofrecer su testimonio de lo ocurrido.

 

Para Adriana Viz, y la gente con la que mantiene contacto en la capital libanesa, el suceso registrado en Beirut no es una sorpresa porque “aquí todo el mundo hablaba de que algo iba a pasar, pero nadie se imaginaba que fuese de esta magnitud; el Líbano es un país inestable y se espera siempre que pueda pasar algo, pero esta vez la gente repetía eso más veces”, sostiene.

 

Estar en el baño justo en el momento de la explosión fue lo que quizá salvó la vida a esta letrada, porque esa es la única parte del edificio que está más amparada, justo por otro que ha hecho de pantalla. Sobrevivir a la experiencia ha sido desconcertante, porque ha visto cómo todo se caía a su lado y lo único que pensaba es que el edificio se iba a derrumbar.

 

"Además, creía que era una bomba, y, como había escuchado aviones antes de la explosión, pensé que iban a seguir con otro ataque, así que me calcé y salí a la calle corriendo”, explica. Para la abogada gallega es probable que “coincida” que hubiese productos químicos almacenados, como se ha informado oficialmente, en el lugar de la explosión y que justificarían en parte la magnitud de la tragedia, pero “es mucha casualidad” y se pregunta “de dónde venían los aviones que escuchó”, una cuestión que sigue en su cabeza cuarenta y ocho horas después de vivir en pánico. A Adriana Viz todavía le dura la “impresión del momento” angustioso que ha vivido y por eso ahora cualquier ruido que escucha hace “que salte su corazón”.

 

"Todavía no me creo que haya pasado todo esto. He intentado no mirar porque las escenas son horribles", confiesa. A Adriana le preocupa que el puerto de Beirut esté derruido porque es el punto neurálgico de la capital por el que “entra la comida en el país” y cree crucial la llegada de ayuda humanitaria para reconstruir la economía y la ciudad de un país sumido en una grave crisis política.

 

Precisamente ella está estudiando la fórmula para poner en marcha en las próximas horas un crowdfunding y asegurarse sobre todo de que el dinero vaya directamente a las personas que lo necesiten para reconstruir sus casas La población libanesa se ha revuelto contra el Gobierno y la clase política a la que acusan de haber propiciado una inflación “de más del 80 por ciento” que ha provocado la caída de la moneda, la Libra libanesa, y que ha llevado al país a un estado de pobreza que ya padece “más del 50% de la población”, denuncia Adriana Viz.

 

Ella admite estar muy preocupada además por la otra gran crisis internacional, es decir, la del coronavirus, que hace “aún más crítica la situación”. "Aquí todo es ahora un caos. Y por las noches se ha abierto la veda al pillaje y la gente está robando en las casas, de modo que es todo un desastre y lo peor son las consecuencias que va a tener todo esto”, concluye. La detonación generó una enorme onda expansiva que afectó a miles de viviendas y edificios destruyendo cristales y muros, lo que llevó a gran parte de la población a buscar un techo en otros lugares, como ha hecho Adriana.

Una gallega que sobrevivió a la explosión de Beirut: Estoy en estado de shock