El apicultor Álvaro Souto espantó ayer un enjambre de 3.000 abejas que causaron gran alarma en la playa Grande de Miño (A Coruña). A las 18.15 horas los socorristas del arenal informaron al 112 de que los insectos, que se identificaron de manera errónea como avispas, se habían parado junto a una sombrilla.
La central de emergencias alertó a la Asociación Gallega de Apicultores, según el convenio establecido entre ambas entidades, y esta pasó aviso a José Manuel Souto, el encargado de la zona, que a su vez informó a su hijo Álvaro. Álvaro Souto acudió de inmediato a la zona, según explica en declaraciones a Efe, y encontró a las abejas paradas junto a una sombrilla.
"Cuando se desplazan pueden pararse ante cualquier obstáculo y estar allí mucho tiempo. Quizá la reina se cansó y pueden llegar a pasar la noche", aclara. Detectó un grupo de unas 3.000 abejas, del tamaño de algo menos de un tercio de un balón de fútbol y fue capaz de disiparlo sin que se haya producido ninguna picadura ni otro tipo de incidente.