La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, supervisó hoy el "resultado final" de las obras para eliminar uno de los tapones urbanísticos más conocidos de la ciudad, el que estrechaba la acera de la Avenida da Coruña -la principal entrada a la ciudad desde el norte- a la altura de Angelo Colocci, un estorbo que los vecinos soportaron estoicamente durante unos cuarenta años.
Méndez supervisó las obras, cuya ejecución se prolongó durante los últimos tres meses, en compañía del concejal de Infraestruturas Urbanas, Manuel Núñez, y de una veintena de vecinos de esa zona de la ciudad, que le habían demandada en numerosas ocasiones al Ayuntamiento, incluso con manifestaciones que cortaron el tráfico en la Avenida da Coruña, la eliminación de este tapón urbanístico.
El citado tapón urbanístico provocaba peligro para los viandantes, porque una finca particular se metía en la propia acera, de modo que el paso reservado para los peatones era tan estrecho que las personas en sillas de ruedas o los carritos de los bebés no tenían más remedio que pisar asfalto para continuar su camino, y además en una de las zonas con mayor densidad de tráfico de la ciudad.
De hecho, la alcaldesa destacó que, con esta actuación, "Lugo gana en seguridad, los vecinos aumentan en calidad de vida y la ciudad avanza para ser más amable e inclusiva". El gobierno invirtió 36.360 euros en las obras, pero tuvo que gastarse 60.720 euros para expropiar los terrenos necesarios.
