jueves. 18.04.2024

Un grupo de habitantes de San Vicente, en el municipio orensano de Vilamartín de Valdeorras, han expresado hoy su protesta ante la Diputación de Ourense por el hundimiento de la carretera de acceso y han advertido del "peligro" que conlleva para los usuarios de esta infraestructura cercana a una cantera. Tras cuatro reuniones infructuosas con la Diputación, el grupo de representantes de esa localidad anunció su intención de expresar mañana sus quejas a la Dirección general de Minas, en Santiago de Compostela, para reclamar garantías de seguridad y el cumplimiento de la legislación para "vigilar la seguridad de los operarios" que trabajan en la cantera.

 

De momento, la Diputación de Ourense ha garantizado la reapertura de este tramo para vehículos "en casos de emergencia", ya que estaba cerrada con señalización, obligando a los conductores a tomar viales secundarios. En declaraciones a Efe, un representante de los habitantes de esa localidad, Enrique Álvarez, indicó que la Diputación no soluciona el problema derivado de la actividad en la cantera. "Parece que se nos va a permitir el paso pero se amparan en que si hay un accidente es bajo nuestra responsabilidad", lamentó Álvarez y pidió el "cumplimiento del convenio" firmado por la Diputación hace tres años para atajar los problemas de derrumbe por la actividad extractora. El compromiso establecía la construcción de un túnel para la pizarra junto con el relleno de la vaguada "que ahora la Confederación Hidrográfica Miño-Sil no permite", indicó.

 

El cierre del vial, de un kilómetro de longitud, socavado debido a la actividad extractora de una pizarrera que ha ido vaciando el punto de apoyo de la infraestructura, se ha convertido en foco de polémica en Vilamartín. Los habitantes sostienen que arriesgan sus vidas desde hace años en los viajes por ese vial provincial que fue cerrado al tráfico, y la única alternativa que tienen es ir por vías secundarias "por las que no pueden circular camiones, autobuses ni ambulancias". Los otros viales de acceso "son estrechos, sólo cabe un coche y con las heladas podría suponer algún accidente", según los habitantes. "Los trabajadores -panadero, ambulancia- ya no entran allí", ha lamentado una vecina del pueblo en el que señala que residen unos setenta habitantes.

 

La población necesita servicios de salud pública y habitualmente debe desplazarse en autobús, y tiene que "caminar kilómetro y medio" para ir al hospital de referencia, en O Barco de Valdeorras. Además, otras dos pizarreras se han visto afectadas ante la imposibilidad de cargar y de mover los camiones por lo que los vecinos también han reclamado a la Diputación una solución para solventar las deficiencias de esta infraestructura. Un vecino de la localidad, Manuel Vega, lamentó que "ahora no hay acceso al pueblo" y denunció que la alcaldesa, María Jesusa Candal, está ilocalizable en el Ayuntamiento.

Denuncian peligro en una carretera en el municipio de Vilamartín de Valdeorras