sábado. 20.04.2024

El riesgo de incendios forestales será mayor este año en el interior de Galicia, concretamente en la provincia de Ourense, y en el centro peninsular, donde la temporada ha sido "especialmente seca" y no hay previsión de precipitaciones hasta otoño. Así lo ha adelantado en un encuentro con periodistas el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, quien ha señalado que en las demás zonas "dependerá del régimen de vientos, porque si se estabiliza el levante, el Mediterráneo, por ejemplo, estará tranquilo".

 

En cuanto a la virulencia de los fuegos, "no será un problema de medios", ha matizado, sino que dependerá igualmente de la meteorología y de dónde se produzcan los focos, "muchas veces en lugares peligrosos ligados a veranos complicados". Ha recordado que existen cuatro elementos que influyen en el fuego: el estado de los montes, las características de la última temporada, la meteorología del verano y los puntos de ignición.

 

No obstante, "todos los veranos son potencialmente malos", ha añadido la vicedecana, Inés González Doncel, y "con esa previsión se preparan las administraciones", cuyo esfuerzo ha reconocido. En España, ha explicado, las provincias más desérticas son las menos problemáticas y el problema radica donde existe mucha masa forestal, como es el norte del área mediterránea y Galicia, mientras que en lugares que permanecen húmedos todo el año, como Guipúzcoa o Navarra, el peligro es menor.

 

En el encuentro, ambos han analizado las fortalezas y debilidades de España en materia de incendios forestales y han puesto de manifiesto que la prevención "continúa siendo la asignatura pendiente". Desde el inicio de la crisis, en el año 2008, el presupuesto destinado a prevención ha caído un 80 por ciento, hasta los 300 euros que las comunidades autónomas perciben íntegramente de los fondos europeos integrados en los planes de desarrollo rural.

 

Sin embargo, han reconocido que el Estado hace una aportación "muy razonable" al presupuesto de extinción, que ronda los 1.500 millones de euros, un 20 por ciento menos que antes de la crisis. En prevención, Navarra y el País Vasco "lo hacen mejor, porque no hay cultura del fuego, no arden con tanta facilidad y hay más aprovechamiento del monte", mientras que en Castilla y León "la gestión es correcta, pero es una autonomía pobre" y en Andalucía "también se hacen las cosas bien", ha señalado Rojas.

 

En su opinión, la prevención del fuego debería plantearse a largo plazo, con inversiones a diez años, pero "esto choca con el tiempo político", y su presupuesto debería ser de unos 2.000-2.500 millones de euros. Y, "teniendo en cuenta la improbabilidad de que se pueda sacar gran cosa de las ayudas europeas", se ha mostrado partidario de crear un fondo estatal "que grave a los combustibles fósiles o sobre el agua y revierta después en la gestión forestal". "Esos ingresos, que podrían ascender a 700 millones de euros, se reinvertirían en beneficio de los montes", ha explicado.

Ingenieros de Montes preven mayor riesgo de incendios en el centro y Ourense