sábado. 20.04.2024

Un barco de O Grove pescó un escualo de la variedad más primitiva, con una cabeza de saurio y cuerpo de anguila. Fósil viviente. El Chlamydoselachus es el tiburón más primitivo de cuantos existen en la actualidad, seguido muy de cerca por el grupo hermano de las cañabotas (fam. Hexanchidae).

 

De hecho, la extraña forma de su cabeza es similar a la de especies extintas, como las del género Cladoselache, que vivieron nada menos que en el Devónico, hace unos 400 millones de años: morro muy corto y redondeado, boca en posición terminal y mandíbulas muy largas en forma de V, como las de los lagartos, más anchas atrás que delante.

 

Es muy probable que su aspecto no haya cambiado sustancialmente en estos últimos 50 millones de años. No sin cierto punto de razón se le considera un fósil viviente. Sus dientes son igualmente característicos, únicos entre los tiburones, y muy parecidos (no iguales) a los aparecidos en registros fósiles del Cretácico, casi 100 millones de años atrás: cuentan con tres grandes cúspides afiladas como agujas, más una pequeña a cada lado de la central.

 

Están inclinados hacia atrás, hacia el interior de la boca, diseñados para atrapar presas escurridizas como los calamares (un sistema que recuerda al de las poteras). Hay entre 19-28 filas en la mandíbula superior y 21-29 en la inferior.

 

En total, más de 300 dientes blanquísimos, que, según algunos autores, podrían servir como señuelo, para atraer presas potenciales en la negrura del fondo gracias a la suave luminosidad que desprenderían.

 

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Pescan en O Grove un tiburón anguila