Los propietarios de terrenos ubicados en franjas de alto riesgo incendiario podrán limpiarlas de vegetación silvestre a través de un contrato de gestión de la biomasa enmarcado en el sistema público con Seaga, por el que pagaría una tarifa uniforme de 350 euros por hectárea. La Xunta prevé actuar este año en unas 4.500 hectáreas, hasta llegar a unas 16.000 en tres años. Los dueños de las fincas próximas a núcleos de población deberán limpiar y despejar la zona, bien con sus medios, mediante un contrato con Seaga o las autoridades procederán a desbrozar por defecto esas parcelas y el coste de esa labor le será facturado a sus propietarios.
En caso de no responder a ese requerimiento y de acumular deuda, en último término podrían ser objeto de expropiación para cederlo al patrimonio público. El conselleiro de Medio Rural, José González, ha explicado este martes a los alcaldes de la provincia de A Coruña este convenio entre la Xunta y la Federación Gallega de Municipios y Provincias en materia de protección de las aldeas frente los incendios forestales. Entre otras medidas, contempla el apoyo técnico del Gobierno gallego a los ayuntamientos adheridos para que elaboren sus planes municipales de defensa contra incendios, con herramientas administrativas e informáticas específicas.
Además, agilizará y simplificará la gestión de todos los requerimientos y notificaciones que los ayuntamientos tengan que realizar a los vecinos en cumplimiento de sus deberes al respeto de la gestión de la biomasa. La previsión es actuar en unas 700 aldeas de 68 parroquias de toda la comunidad autónoma en el período 2019-2022, sobre todo en aquellas con mayor problemática incendiaria. En la provincia de A Coruña las doce parroquias seleccionadas son Boiro (Santa Baia), Cures (Santo André) y Macenda (San Xoán), en Boiro; Carballo (San Xoán), en Carballo; Visma (San Pedro), en A Coruña; Tállara (San Pedro), en Lousame; Baroña (San Pedro), Caamaño (Santa María), Ribasieira (San Fins) y Xuño (Santa Mariña), en Porto do Son; y Cacheiras (San Simón de Ons) y Calo (San Xoán), en Teo.
