martes. 16.04.2024

Narcotráfico y periodismo fueron los dos asuntos sobre los que se sentaron a hablar Benito Leiro, nacido en Vilanova de Arousa, y Nacho Carretero, de A Coruña, con motivo de la presentación en Santiago del último libro del segundo, 'Fariña' (Libros del K.O), que ya va por su sexta edición.

 

"Muchas veces me preguntan por qué el narcotráfico tuvo tanto éxito en Galicia y, más o menos, siempre explico que no es una casualidad que tuviera tanto éxito porque aquí hay una larga historia, que es el recorrido que hago en el libro, que empieza con un contrabando muy primario de medicinas y alimentos", destacó Carretero.

 

"Portugal era una economía grande, con colonias en África, y Galicia tenía una economía de posguerra subdesarrollada prácticamente y ahí empezó en el Baixo Miño el estraperlo que, cuando aquí ya no había necesidades básicas que cubrir, buscó la rentabilidad con el tabaco", afirmó el periodista.

 

Posteriormente, cuando los colombianos quisieron introducir la cocaína en Europa se encontraron con que en Galicia ya había una infraestructura montada y gente con experiencia en el manejo de mercancías ilegales.

 

Leiro, que recibió el Premio Ortega y Gasset en 1990, describió el trabajo de Carretero como "un recorrido amplio y acertado sobre la historia del contrabando y del narcotráfico en Galicia desde sus orígenes, en el estraperlo del aceite y el café durante la posguerra civil, hasta los grandes alijos de cocaína de los años noventa y 2000", pero "desde una perspectiva más fresca y original, con una gran agilidad narrativa y desde una distancia temporal que lo libera de los prejuicios".

 

"Tan importante o más que relatar los orígenes del fenómeno, es explicar la evolución de las bandas y su actual configuración sin olvidar la renovación de mando y de los 'modus operandi' que practican las nuevas generaciones y cachorros del narcotráfico", resaltó el vilanovés.

 

Carretero recordó que "la generación de Benito hizo una labor increíble" pero que "veinte años después había que rescatar, recopilar, actualizar y darle un poco de forma, por así decirlo más literaria" a uno de los ejes que aún hoy en día mueve tanto dinero en el noroeste peninsular.

 

"La parte más difícil del libro, para mí, fue la referida a lo que es el narcotráfico en la actualidad" porque "me da la impresión de que hay un cierto interés, no sé si llamarlo policial, de fuerzas de seguridad, o político, en transmitir un mensaje referido a que el narcotráfico local es algo del pasado", apuntó el escritor.

 

Galicia ya no es el monopolio que fue durante los años 80 y 90 con la entrada de tabaco y drogas, pero sigue siendo una alternativa y una puerta más abierta a Europa de la cocaína colombiana con unos grupos organizados en los que los cárteles confían y que suelen utilizar para meter grandes cantidades.

 

Sin embargo, los clanes y la organización han cambiado y, según explicó Carretero, "ya no tenemos un Sito Miñanco en descapotable por Cambados o un Oubiña con una estatua de sí mismo en mármol", ahora son "tipos muy discretos, organizaciones muy opacas, muy difíciles de detectar y sin atractivo mediático", pero el narcotráfico no "es algo del pasado".

 

Habla Carretero también en su libro sobre esas madres que levantaron la voz contra los narcotraficantes, siendo las primeras que plantaron cara al problema y estableciendo un nuevo camino a seguir, a lo que contribuyó, según el vilanovés, "esa pérdida de apoyo social que antes tenían los contrabandistas en cuanto empezaron a mover droga y la gente vio las consecuencias de esas drogas nuevas".

 

"Ver a los chicos con las agujas clavadas y tirados por la calle empezó a generar una contestación social importante y por supuesto las madres de Érguete tuvieron mucho que ver", añadió Leiro.

 

El poder que ejercían los narcotraficantes, especialmente en política, fue una de las cosas que más llamó la atención y sorprendió al autor de 'Fariña' que recordó a algunos personajes como Manuel Díaz González, conocido con el sobrenombre de "Ligero" y amigo de Fraga que asistió a su entierro, que fue alcalde de A Guardia y uno de los hombres fuertes del Partido Popular en Galicia.

 

Benito Leiro, que por aquel entonces estaba íntimamente ligado al periodismo que destapaba las tramas del narcotráfico y los nombres de los implicados, explicó que Sito Miñanco, cuando era presidente del equipo de fútbol de Cambados al cual llevó a segunda B, "colaboró con los dos partidos principales del municipio en varias campañas electorales, en esa época en la que no había contestación social sino que había apoyo social".

 

"La gente diferencia mucho lo que es un contrabandista de lo que es un narcotraficante" -continuó Leiro- "porque el contrabandista tenía ese halo romántico de benefactor que ayudaba a la gente y tenía buena prensa, en cambio de los narcotraficantes la gente renegaba y eso en la sociedad deja un poso". Hacia el final del encuentro salió también el tema de los ajustes de cuentas y la similitud con el funcionamiento del hampa italiano.

 

"Siempre arreglaban las cuentas dentro de las bandas, nunca hacia afuera, nunca mataron a un periodista, a un juez, a un policía" -comentó Leiro- "y murió algún aduanero en persecuciones, pero ellos nunca asesinaron a alguien porque sabían que en ese momento la represión iba a ser brutal y se quedarían seguramente sin negocio".

 

 

 

Nacho Carretero terminó exponiendo que a él ya le gustaba el tema del narcotráfico "como gallego, o casi como friki, porque leía en los periódicos y estaba siempre al tanto de lo que escribía toda la gente que informaba y más o menos estaba al tanto de las líneas a seguir", pero confesó que el proceso de plasmarlo todo en papel fue "duro".

 

"El trabajo de investigación, de recopilación de hemeroteca, es amplísimo y fue muy duro y luego el trabajo de campo, las entrevistas a jueces, vecinos, exnarcos y narcos, también fue complicado", finalizó el autor.

"Fariña", la historia del narcotráfico en Galicia