viernes. 29.03.2024

La gallega Ana Peleteiro empuñó en Glasgow la bandera de la nueva generación del atletismo español, mestiza, combativa e irreverente, que situó a España tercera en el medallero de los campeonatos de Europa en pista cubierta, la segunda mejor posición de su historia. Dos potencias consagradas, Polonia y la anfitriona Gran Bretaña, precedieron en el cuadro de metales a España, que regresa a casa con seis (3 oros, 2 platas y 1 bronce).

 

Sólo en Viena 2002 terminó mejor, encaramada por única vez al primer puesto del medallero. La imagen de Bernat Erta, un ilerdense de 18 años, pegándose en la última posta del relevo con un veterano de colmillo retorcido como el belga Kevin Borlee, a quien apretó hasta la misma raya, ejemplifica el carácter de un equipo formado por 43 atletas (24 hombres y 19 mujeres) con una media de 24,8 años en el que nadie bajó los brazos.

 

"Una generación maravillosa que respeta al rival pero no lo teme, con alma de ganadora". Así define al grupo el presidente de la Federación Española, Raúl Chapado. Jubilada como atleta la gran dama del atletismo español, la campeona olímpica Ruth Beitia, Ana Peleteiro se prendió en Glasgow los galones de capitana, término empleado por el propio presidente para elogiar a la triplista gallega. Carlota Castrejana, que fue campeona de Europa con récord de España (14,64) en Birmingham 2007, tuvo el privilegio de asistir como jefa de equipo a su propio destronamiento.

 

Ana Peleteiro elevó la plusmarca española a 14,73 metros para lograr su primer oro internacional como sénior, siete años después de obtener en Barcelona el título mundial júnior con solo 16 años. Peleteiro (triple), Álvaro de Arriba (800) y Jorge Ureña (heptatlón) pusieron los oros, Óscar Husillos y el relevo 4x400 las platas y el joven burgalés Jesús Gómez el único bronce, pero hubo también tres cuartos puestos (Orlando Ortega en vallas, Mariano García en 800, Eusebio Cáceres en longitud) y un total de 14 finalistas que elevaron a España al segundo puesto en la clasificación por puntos, cuando su objetivo era el quinto. Medallas en velocidad, mediofondo, saltos, combinadas y relevos. Excepto en lanzamiento de peso, donde Úrsula Ruiz y Carlos Tobalina no estuvieron a la altura, el atletismo español ofreció una imagen combativa y renovada en el Emirates Arena, y eso que no estaba su estandarte masculino, Bruno Hortelano, que renunció a la campaña bajo techo.

 

Los Europeos en pista cubierta constituyen, dentro de las competiciones internacionales, el escenario más barato para subir al podio, pero lo mejor para España fue el rastro que dejaron sus atletas en la capital escocesa. Óscar Husillos, el único que regresa a casa con dos medallas, ambas de plata (individual y relevo), enterró en el baúl del olvido su traumática descalificación por pisar la raya cuando había ganado la medalla de oro en el Mundial de Birmingham 2017 con un registro estratosférico de 44.92 que habría sido récord de Europa. Álvaro de Arriba ahuyentó con el oro en 800 los fantasmas de su bajo rendimiento en los Europeos al aire libre de Berlín 2018 (séptimo), y ha tenido como compañero en la final a otro espécimen de guerrillero, Mariano García, a quien Fermín Cacho saluda como un valiente. Las "Superchicas" Jael Bestué, de 18 años; María Vicente, de 17, y Salma Paralluelo, de 15, recibieron su bautismo de fuego entre las mayores.

 

Por si no lo tenían ya bien asumido, las tres pudieron comprobar la distancia exacta que todavía las separa de las atletas consagradas y las tres recibieron la lección con humildad y aplomo. El mediofondo, que llevaba unos años sumido en una grave crisis, ha encontrado dos talentos naturales, surgidos por generación espontánea, en Mariano García y Jesús Gómez, capaces de competir sin arrugarse con el recuerdo del indomable Fermín Cacho en la memoria. Las competiciones internacionales se adentran a partir de Glasgow en un ciclo menos propicio para el lucimiento de los españoles: Mundiales de Doha al aire libre, los de pista cubierta de Nanjín (China) y los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero, de momento, los Europeos les han puesto en órbita.

Ana Peleteiro empuña la bandera de la generación irreverente