sábado. 20.04.2024

Si hay un sector que este 2020 ha visto un crecimiento impensable en enero, ese ha sido el ecommerce. Las restricciones, los confinamientos y la facilidad de compra online ha permitido que sean muchos los que han dado el salto al comercio online y le han visto las ventajas.

 

Paquetes en la puerta de casa, en plazos bastante ajustados y con posibilidad de cambio en caso de necesidad han convencido a cerca de un 30% más de usuarios de los que utilizaban, de forma habitual, este canal para sus compras. Pero si en algo se fijan, precisamente, es el cómo llega la mercancía. La relevancia de los paquetes se ha puesto de manifiesto al comparar entre una tienda y otra y la forma de entregarlo.

 

De ahí que la venta de cajas de cartón y de virutas de papel para envíos se haya también disparado, exigiendo además una calidad que permita que los productos que en ellos se incluyan no solo lleguen en perfectas condiciones, sino que la experiencia del cliente al abrirlos sea lo más positiva posible.

 

“Está claro que la exigencia de los consumidores estos meses ha incrementado notablemente. El hecho de que hayan podido comparar la forma de envío en lo que a packaging se refiere ha supuesto un cambio en el concepto de embalaje que se tenía. De hecho, son las propias empresas las que, a través de los comentarios que reciben sobre este tipo de producto, se han puesto en marcha para mejorar su imagen a través, precisamente, del envoltorio del producto” explican algunos especialistas en marketing. Y es que desde hace tiempo la forma en la que llega un paquete marca parte de la propia experiencia del cliente.

 

El hecho de que las cajas sean de buena calidad, lleve la imagen corporativa en el exterior, sean de fácil apertura – pero también cierre – y con un interior que proteja visiblemente el contenido, permite que el usuario que lo abra disfrute desde el primer momento con una experiencia que será mucho más positiva que si la caja de desarma o si la calidad de la misma deja que desear.

 

“En el packaging se juega mucho el ecommerce. Es la carta de presentación y el primer contacto con el consumidor final. El producto puede ser perfecto, pero la experiencia no será la misma de forma global con algo cuidado que con algo descuidado envolviéndolo.

 

Hay mucha psicología en ello y se puede aprovechar mucho a nivel corporativo jugando con los colores, texturas e incluso textos. Es un canal más de comunicación. Basta cerrar los ojos, pensar en una caja que llega a la puerta y que, automáticamente, a la mente de quien está acostumbrado a estas compras, le llegue un tipo de logo a la mente. Ese es el poder que tiene y en el que ahora trabajan las empresas” explican desde marketing. Algo tan sutil como trabajar con el propio cartón y su diseño final puede marcar la diferencia. Tanto como una buena campaña de publicidad.

Mejorar el packaging desde la perspectiva empresarial