viernes. 19.04.2024

La actriz e inolvidable presentadora de 'Un, dos, tres' Mayra Gómez Kemp ajusta cuentas con sus memorias en el libro '¡Y hasta aquí puedo leer!' -la frase que la catapultó a la fama en el concurso de televisión-, donde repasa su experiencia profesional y sus vivencias personales.

 

"Yo siempre he sido feminista, pero no rabiosa", revisa Gómez Kemp (La Habana, 1948) en una entrevista con Efe, en plena promoción de su obra en Galicia, y lamenta que la situación de la mujer en la actualidad aún no esté plenamente normalizada.

 

"El único derecho que nos falta, de verdad, de verdad, aparte de los famosos techos de cristal, es algo que los hombres tienen hace siglos, y es el derecho a la mediocridad. Tenemos que ser más brillantes, ¿por qué?", se pregunta retórica, sin esperar respuesta alguna.

 

Como solución a este problema, Gómez Kemp, recientemente galardonada con el Premio Iris a toda una vida, aboga por un remedio de base, que es la educación, donde el peso y la responsabilidad de una casa, por ejemplo, se comparta entre el hombre y la mujer.

 

En este sentido, recuerda que en su caso se dio, sobre todo, gracias a la influencia de su padre, una figura que le inculcó que no podía utilizar su género ni para marcarse límites ni como "excusa para no intentar hacer algo". "Yo creo que él fue el primer feminista que conocí sin saberlo", rememora esta mujer, que destaca por una fuerza de voluntad que, en un mundo de hombres, supo defender su integridad y su profesión para llegar a la cima.

 

Hija de dos artista cubanos -Ramiro Gómez Kemp y Velia Martínez Febles-, este icono televisivo cuenta en su escrito memorial como el triunfo de la revolución cubana dejó sin nada a sus padres, que tuvieron que exiliarse en Estados Unidos, además de sus primeros pasos en la televisión en España, antes de que Chicho Ibáñez la eligiera para sustituir a Kiko Ledgard al frente del mítico concurso. "Mi reto era no fracasar, que me aceptaran haciendo ese rol y me aceptaran sustituyendo al gran Kiko Ledgard.

 

Eso en su momento se consiguió, pero yo siempre pensé que en cuanto pasaran dos o tres años desde que hiciese el último programa, la gente se iba a olvidar de mí", indica.

 

No obstante, a pesar de perder su empleo tras veinte años al frente del programa, Gómez Kemp no perdió el cariño de la gente ni su popularidad, ya que muchas personas la siguen recordando y parando por la calle para preguntarle por la 'La calabaza Ruperta', 'El dúo sacapuntas', 'La Bombi' o las 'Tacañonas'. "Mi gran sorpresa, treinta años después, es que se siguen acordando de mí. Eso es algo que yo no me esperaba", afirma.

 

Fuese consecuencia de una "conjugación de estrellas", como ella dice, o de un cóctel explosivo de carisma, simpatía y profesionalidad, lo cierto es Gómez Kemp continúa en la memoria de muchos españoles y en este libro, una oda a la vida, a su profesión y a la superación frente a la adversidad, desnuda su yo más interior, tras años de resistencia.

 

Después de su tumor, pensó: "Si me pasa algo y yo no las he escrito, las va a contar alguien y las va a contar mal". Mayra Gómez Kemp, licenciada en Comunicación y Publicidad por la Universidad de Miami, recuerda entre risas que sobrevivió a Fidel Castro, a Franco, a la transición democrática española, a la Unión de Centro Democrático (UCD), al PSOE y al PP, y apostilla con gracia: "Ahora me falta Podemos, o a lo mejor Podemos me tiene que sobrevivir a mí".

 

A diferencia de otros, esta polifacética presentadora, actriz, cantante e incluso circense, que tuvo que reinventarse a sí misma tras superar un cáncer, nunca emplea la nostalgia como argumento para criticar o lamentar su vida. "Yo nunca vivo en el pasado. Yo vivo hoy y espero estar aquí mañana. Pero el pasado es eso, pasado. Ya pasó. Se quedó atrás".

 

Por ello, aunque no descarta escribir otros libros, eso sí, no sobre sus memorias -"lo que queda, se quedará ahí"-, sí tiene claro que ahora no entra dentro de sus planes regresar a la primera línea de fuego de la televisión. "Creo que es el momento de dar paso a otra gente, es el momento de que surja una nueva generación", concluye, aunque reconoce las dificultades y las pocas perspectivas de futuro de una generación "más preparada, más alta y más guapa" que nunca.

 

Mayra Gómez Kemp: "Yo siempre he sido feminista, pero no rabiosa"