sábado. 20.04.2024

Antón Reixa (Vigo, 1957) murió el 27 de octubre de 2016 en un arcén de la autopista A-6 a la altura de Villalpando, en Zamora. Murió, pero siguió consciente hasta que le indujeron un coma para evitar un colapso respiratorio. Dieciocho días más tarde, Reixa renació en un hospital de A Coruña después de haber estado de viaje en Michigan. "Creí que me había despertado en Barcelona, pero cuatro días más tarde me enteré de que estaba en A Coruña; ya durante la rehabilitación empecé a escribir para demostrarme a mí mismo que todavía conservaba mis facultades", explicó el artista en una entrevista concedida a Efe.

 

De esa experiencia nació "Michigan/Acaso Michigan" (Círculo de Tiza, 2018 en castellano; en gallego Xerais, 2018), un libro en el que visita de nuevo el periodo posterior al accidente, desde el momento en que su vehículo abandona la vía hasta el final de su estancia de tres semanas en un geriátrico, donde comenzó su proceso de rehabilitación. "Este libro es una reflexión sobre los límites de la esperanza y, sobre todo, del azar", aseguró Reixa, quien entiende que, a pesar de que la filosofía, la religión y la ciencia han indagado al respecto, "nada nos prepara para gestionar la casualidad, el acaso".

 

Ese mismo azar provocó que, cuando buscaba un arcén para pararse a descansar, sus ojos se cerrasen, su vehículo saliese de la vía, y acabase con graves lesiones en ambas piernas, una docena de costillas rotas y una contusión pulmonar que amenazaba con provocar un colapso de su sistema respiratorio. "He escrito un libro positivo, ya que he logrado salir adelante y no tengo la carga moral de haber hecho daño a otra persona; hubiera sido terrible si, además de mi propio cuerpo, hubiese herido a otras personas", señaló el autor.

 

Antón Reixa es la definición viva de un artista multidisciplinar: llevan su firma himnos como "Galicia Caníbal: Fai un sol de carallo", series de éxito como "Mareas vivas" o películas como "O lapis do carpinteiro", así como multitud de poemarios, el género literario en el que se había expresado a lo largo de su carrera. "Es la primera vez que salto a la narrativa para contar una historia que creo que merecía ser contada y compartida", señaló Reixa, quien en cierto momento estuvo tentado a escribir una novela "de muchas páginas", pero finalmente se decantó por una obra de "lectura rápida" en la que invita al lector "a estar preparado para las sorpresas del subconsciente".

 

Además de en esta aventura narrativa, Reixa desarrolló hasta hace poco el proyecto "Michigan/Acaso Michigan. 18 días en coma" en el Instituto do Deseño e das Artes Contemporáneas en Santiago de Compostela, donde su experiencia convivió con un vídeo de Toni Segade que acompañaba al libro y una escultura de Francisco Leiro. Este mismo proyecto viajará a mediados del próximo mes de enero al Círculo de Bellas Artes, donde el artista también repetirá la liturgia practicada en Compostela, publicando cada uno de los 18 días de la exposición un pequeño diario que recoge las noticias de portada del momento y de los 18 días de coma vividos en 2016. El centro de la instalación volverá a estar presidido por la escultura de Francisco Leiro "Don Quijote despertando en Conxo", una obra que dialoga con la experiencia vivida por Reixa.

 

"El Quijote hace un viaje de la locura a la cordura, mientras que yo viajé de la cordura a la locura inducida y, después, volví a un estado que es el actual, que nunca se sabe si es el estándar", apuntó. La vida del artista, según aseguró, discurre ahora a un ritmo más pausado: ha dejado de ser un empresario audiovisual, pero no ha dejado de lado el mundo de la creación, de la escritura, sus colaboraciones en la radio y su trabajo en la Filmoteca de Galicia, donde respondió a las preguntas de Efe. "Ahora tengo más tiempo para mí y para escuchar a los demás", concluyó Reixa, quien reivindicó que su obra "es una reflexión sobre el azar y una llamada a la esperanza". EFE

Muerte y resurrección de Antón Reixa