jueves. 28.03.2024

No se puede acusar a la Guía Michelin de cicatería en su edición 2018, con un doblete de restaurantes "triestrellados", cuatro nuevos dos estrellas y 17 que estrenan la primera, aunque sí de "olvidos" en una publicación en la que los cocineros televisivos tienen protagonismo. De roñosa con España hemos tachado a Michelin en las últimas ediciones, pero en esta ocasión ha dado a Andalucía su primer "triestrellado" con Aponiente (El Puerto de Santa María, Cádiz) y su segundo a la ciudad de Barcelona con ABaC, algo que no acontecía desde que en 2013 lograsen las tres estrellas Quique Dacosta Restaurante (Denia, Alicante) y Azurmendi (Larrabetzu, Vizcaya).

 

Cataluña sobresale esta vez, porque además del ABaC de Jordi Cruz, a quien no le pesan en la cocina sus once entregas como jurado de "MasterChef", consiguen la segunda Dos Cielos (de los también televisivos gemelos Sergio y Javier Torres) y Disfrutar de los exBulli Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas, y la primera Enigma de Albert Adrià y el gerundense Castell Peralada, mientras que Caelis de Romain Fornell la conserva tras su traslado. Felicísimo Jordi Cruz por aportar el segundo "triestrellado" a una ciudad "tan abierta" como Barcelona, tanto como el equipo de Disfrutar, "defensores de la cocina creativa" y contentos de sumar al "turismo gastronómico" barcelonés, dicen a Efe.

 

Aponiente de Ángel León -popular como exjurado de "Top Chef" y protagonista de "El Chef del Mar"- se convierte en el primer tres estrellas Michelin de Andalucía cocinando pescados humildes como "las acedías y las pijotas" y lleva su sello también Alevante en el hotel Meliá Sancti Petri, que debuta con una. Al igual que Bardal, donde Benito Gómez recupera un "brillo" que ya lució en Ronda (Málaga) con "una cocina más ligada a la tradición que a la innovación en la que no siempre se fija la Michelin", explica a Efe. Otras pruebas de la diversidad por la que apuesta la Guía Michelin son la primera estrella para Amelia del argentino Paulo Airaudo en San Sebastián, convencido de que "la variedad genera calidad" con su cocina argentina con influencia italiana, y para Kiro Sushi en Logroño, donde Félix Jiménez demuestra su habilidad y devoción por el sushi.

 

"Para mí es una palmada en la espalda y un motor conseguir una estrella Michelin", reconoce a Efe Jiménez, quien destaca que en esta edición de la guía hay "muchísimo reparto en estilos de cocina diferentes, saliéndose de lo que parece siempre estipulado". A Almansa (Albacete) miran ahora con más atención los "gourmand" gracias al segundo "brillo" de Maralba, un restaurante familiar desde el que Fran Martínez alaba a la guía roja su capacidad "para descubrir" al gran público locales como el suyo y "mucha cantera" reconocida con su primera estrella.

 

También a El Palmar (Murcia), donde Pablo González recibe la segunda estrella dispuesto a ofrecer al comensal una experiencia "única" y sabedor de que estos galardones "rescatan a gente de rincones de España que nadie conoce". A Eneko Atxa, que ya lucía tres estrellas en Azurmendi (Larrabetzu, Vizcaya), la primera ganada para el vecino Eneko le supone "una satisfacción enorme" porque le da la oportunidad de "recuperar la clientela local, cercana, familiar y de gente joven que quiera descubrir la gastronomía" en un local basado "en nuestro territorio y nuestra cultura", manifiesta a Efe. Pero no todo son alegrías bajo el estrellado cielo Michelin.

 

Cocineros y crítica gastronómica echaron en falta la tercera para Santceloni (Madrid), Miramar (Girona) o Casa Marcial (Asturias) y la segunda para Nerua (Bilbao), Ricard Camarena (Valencia), Casa Gerardo (Asturias) o Solla (Pontevedra), o la primera para Dins (Mallorca), todos ellos favoritos en las quinielas, sin hablar de la eterna deuda con Mugaritz (Rentería, Guipúzcoa), siempre pendiente de saldar.

Guía Michelin 2018, diversa y televisiva