jueves. 28.03.2024

La naturaleza será la mejor terapia para superar los trastornos físicos y psíquicos derivados del largo confinamiento por la crisis de la COVID-19 y se convertirá en el más eficaz antivirus contra futuras pandemias, subrayan expertos consultados por Efe.

 

Pero para que la naturaleza responda a esas necesidades, deberá cicatrizar heridas como la extinción de especies, la pérdida de biodiversidad, el tráfico ilegal, el consumo de animales silvestres, la degradación de los ecosistemas, la crisis climática y un modelo insostenible de producción y consumo.

 

BENEFICIOS FÍSICOS Y PSÍQUICOS

Para Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, “si algo hemos aprendido de esta crisis es que necesitamos integrar la naturaleza en nuestras vidas, por los servicios ecosistémicos que presta y porque emocionalmente dependemos de ella, nos ayuda a desconectar, a desestresarnos y nuestro cerebro funciona mejor cuanto más limpio es el aire”.

 

El confinamiento “ha mostrado dos castas de ciudadanos, los que han tenido la posibilidad de asomarse a una terraza, a un jardín, tocar una planta o ver la luz y los que no, y ha puesto de manifiesto la excelencia de vivir en un entorno rural, al que antes sólo le veíamos desventajas”, subraya en declaraciones a Efe.

 

Para el secretario general de WWF España, “no hay una salud del planeta y una de los seres humanos, hay una única salud, y la primera lección que nos deja la pandemia es que cuando luchamos contra la naturaleza, siempre perdemos, te devuelve el golpe como un boomerang”. No obstante, "igual que los virus tienen su origen en la naturaleza, la propia naturaleza puede servir también una vacuna", señala, por lo que "cuidar nuestros ecosistemas es hoy en día la mejor inversión".

 

LA RED NATURA 2000

Por eso, anima a disfrutar de la naturaleza de forma respetuosa durante el desconfinamiento en los espacios que la Red Natura 2000 pone a disposición de todos los ciudadanos, “un auténtico tesoro que ocupa casi el 28 por ciento de nuestro territorio y que, vayas donde vayas, muestra un lugar que respirar, tocar y disfrutar”.

 

A una semana de la celebración del Día Europeo de la Red Natura 2000, "es momento también de recordar que la red no está completa, que aún hay muchos espacios sin un plan de gestión adecuado y sin la inversión necesaria para que sigan prestando sus servicios más allá de tener una etiqueta”, matiza Del Olmo.

 

Otra lección aprendida durante esta pandemia ha sido en su opinión la falta de preparación ante una amenaza mundial; “y esta no es la más grave, todo lo que vendrá de la crisis climática demandará una respuesta unida y un sistema preparado, que invierta en bienes comunes, como la sanidad, pero también en naturaleza y aire, que serán nuestros anticuerpos".

 

LA ESPAÑA VACIADA

Cree que la llamada desescalada abre también oportunidades para el mundo rural contra otra gran amenaza, la España vaciada, “de cuyos productos se ha puesto de manifiesto una gran dependencia y que ofrece otro modelo de turismo ahora que estamos obligados a repensar nuestras vacaciones”.

 

Asegura que en los últimos años ha mejorado mucho la percepción social del medio ambiente, pero “tenemos que desescalar la guerra a la naturaleza que pilota sobre un modelo de consumo insostenible que seguirá estando ahí cuando salgamos todos de casa si no cambiamos nuestros hábitos".

 

En este sentido, se ha felicitado de que, “pese a las presiones de los países más reaccionarios para derivar todas las inversiones a la reactivación económica, España y Europa juegan un papel importante en destinar los esfuerzos a cumplir con una economía verde, que además es capaz de generar masivamente empleo”.

 

DÉFICIT DE NATURALEZA

En 2005, el escritor y periodista estadounidense Richard Louv acuñó el término Trastorno por Déficit de Naturaleza en su libro "El último niño del bosque", en el que definió una serie de patologías relacionadas con patrones de vida sedentarios y con la falta de contacto con la naturaleza, especialmente en los niños.

 

La responsable del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife, Beatriz Sánchez, explica a Efe que ese déficit de naturaleza “aumenta el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, enfermedades respiratorias, como el asma, estrés, déficit de atención e hiperactividad o falta de vitamina D”.

 

“Dar la espalda a la naturaleza va en contra de nuestro bienestar”, señala la experta de SEO/BirdLife, quien hace hincapié en que unos ecosistemas sanos y biodiversos “nos hacen más resilientes frente a amenazas como el cambio climático o pandemias como la de la COVID-19”.

La naturaleza como terapia para una desescalada saludable