jueves. 28.03.2024

A su juicio, el éxito o fracaso del debate de investidura que ha comenzado hoy con su intervención ante el pleno, dependerá de lo que decida finalmente cada partido y ante la certeza de que, por ahora, sólo cuenta con los 90 votos de los diputados socialistas y los 40 de los parlamentarios Ciudadanos.

 

"A esta pregunta tendremos que responder sencillamente sí o no", ha alertado Sánchez, que ha añadido que, cuando cada partido decida su voto, se sabrá "realmente dónde está cada uno" y, si deciden votar negativamente, estarán impidiendo que todas sus propuestas de gobierno se pongan en marcha "la próxima semana", advertencia que ha repetido una y otra vez durante todo su discurso.

 

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se ha comprometido a impulsar una "auténtica revolución" en materia de regeneración democrática. En el debate de investidura Sánchez ha subrayado que "la democracia tiene un enemigo llamado corrupción" que ha alcanzado en los últimos años "un nivel insoportable", pero ha recalcado que no iba a caer en este asunto en el "y tú más" y sí en plantear una serie de medidas contra esta lacra. Entre ellas, ha avanzado lo que ha denominado "revolución" en el nombramiento de cargos de designación parlamentaria y en el procedimiento de intervención del Parlamento ante cargos designados por el Gobierno como el del fiscal general del Estado o el gobernador del Banco de España. Sánchez, ha defendido el acuerdo suscrito con Ciudadanos como "el indispensable principio de la solución".

 

En su intervención en el debate de investidura, Sánchez ha reconocido que ese acuerdo no es suficiente en escaños, pero ha recalcado que "para ir a cualquier parte hay que levantarse y dar un primer paso". Los diputados de Podemos, encabezados por Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, han aplaudido con sorna cuando el candidato socialista a la investidura, Pedro Sánchez, ha dado las gracias al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y a su partido, por su "valentía y coraje" al abordar un pacto con el PSOE. "Les doy públicamente las gracias por su valentía y coraje.

 

Agradecimiento que hago extensivo a mi grupo, el grupo parlamentario socialista", ha manifestado Sánchez, desatando una oleada de aplausos procedentes de los escaños de Podemos. Mientras los diputados de Ciudadanos han acogido sus elogios en silencio, con gesto serio, Iglesias, Errejón y otros parlamentarios de Podemos han aplaudido ostensiblemente y sin parar de reír esas palabras del candidato a la investidura. El líder del PSOE ha asegurado que si hoy está en el Congreso presentando su candidatura a la investidura es porque entendió que "el encargo del jefe del Estado no era una invitación que pudiera rehuir", sino un "deber ineludible". En el discurso durante el debate en el que se presenta como candidato a la investidura, Sánchez se ha pronunciado así después de recordar que Mariano Rajoy declinó la responsabilidad que le encomendó el Rey Felipe VI argumentando que no era "capaz" de reunir los votos suficientes para sacar adelante su investidura.

 

"Lo cierto es que ninguno de los partidos los hemos obtenido. Así que si estoy aquí, si estamos todos aquí celebrando este debate de investidura, es porque no entendí el encargo del jefe del Estado como una invitación que pudiera rehuir, sino como un deber ineludible". Sánchez, ha apelado hoy al acuerdo político entre distintas fuerzas y ha asegurado que el grupo parlamentario socialista "no exige nada, no aspira a imponer nada", no tiene "líneas rojas, tan sólo firmes convicciones". Durante la primera sesión del debate de investidura en el Congreso, Sánchez ha ofrecido gobernar con pactos "que cuenten con el mayor respaldo parlamentario posible" y un Gobierno que ponga en marcha las medidas en las que haya acuerdo de la mayoría.

 

"No ofrezco un gobierno frente a todos, sino un gobierno progresista y reformista, aliado con todos los que deseen el cambio". Sánchez ha defendido que el "mandato claro" que expresaron los españoles el 20 de diciembre fue el de "abandonar las políticas de Rajoy y del Partido Popular". En su discurso de investidura, Sánchez ha incidido en que ese mandato es el "cambio" y en que el vehículo para llegar a él es el "diálogo".

 

Un vehículo que, ha dicho, "se paraliza con las imposiciones, el chantaje y el abandono de la mesa de negociación". No obstante, el candidato a la investidura ha tendido la mano al PP para dialogar y acordar "grandes temas de Estado", como la integridad territorial, la reforma constitucional y la unidad de los demócratas frente al terrorismo. Sánchez ha confiado en que el PP actúe "con la misma lealtad" que, según él, han tenido los socialistas cuando han estado en la oposición en anteriores legislaturas. Además, ha dicho tener la mano tendida para reconstruir consensos "rotos", como el Pacto de Toledo sobre las pensiones o conseguir un pacto educativo.

 

El líder socialista ha considerado además un error creer que sólo el que obtiene el mayor número de votos está legitimado por los ciudadanos para asumir la responsabilidad de gobernar. A su juicio, los españoles no se merecen que el Congreso persista en "más errores" como ese. Ha asegurado que, si hoy está en el Congreso presentando su candidatura a la investidura, es porque entendió que "el encargo del jefe del Estado no era una invitación que pudiera rehuir", sino un "deber ineludible".

 

Tras recordar que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, declinó la responsabilidad que le encomendó el Rey argumentando que no era "capaz" de reunir los votos suficientes para sacar adelante su investidura, ha señalado: "Lo cierto es que ninguno de los partidos los hemos obtenido". "Así que, si estoy aquí, si estamos todos aquí celebrando este debate de investidura, es porque no entendí el encargo del jefe del Estado como una invitación que pudiera rehuir, sino como un deber ineludible", ha añadido.

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