La coordinadora nacional de Anova se ha reunido hoy por primera vez desde la celebración de la pasada asamblea nacional en la que se escogió a una nueva directiva para nombrar a los miembros de la comisión permanente, órgano ejecutivo del partido que estará encabezado por el nuevo portavoz nacional, Antón Sánchez.
Sánchez será la cara visible de una ejecutiva reducida de 20 a 13 integrantes y en la que tendrá como acompañantes al frente del partido a Raúl Asegurado como responsable de coordinación y a Iria Otero como encargada de área interna y organización. Anova encarrilla así un proceso de "reestructuración que terminará en la próxima coordinadora organizativa" y para el cual ha apostado por disminuir y remodelar sus órganos internos de modo que sean "más eficientes en base a la experiencia del período entre asambleas anterior", ha explicado Sánchez.
El recién escogido portavoz nacional ha comparecido ante los medios para dar cuenta de los acuerdos alcanzados en la reunión de la coordinadora nacional de esta mañana, celebrada en un hotel de Teo (A Coruña), y en la que ha reiterado su mensaje de que no se puede "normalizar" la presente situación política. "No se puede normalizar mientras haya políticas que infligen sufrimiento a la mayoría social", ha denunciado Sánchez, y ha criticado que haya "cada vez más" gente sin recursos para comer a diario, explotada laboralmente, en condiciones precarias o sufriendo casos de desigualdad.
"Necesitamos que se una todo ese conjunto de ciudadanos que tienen intereses materiales comunes frente a esas políticas", ha proseguido, antes de subrayar que Anova comienza "un nuevo tiempo político" en el que buscará fortalecer la "unidad popular", la "herramienta imprescindible para la transformación" y "para tener la fuerza necesaria" frente "a las fuerzas de la derecha" que "agreden a la mayoría social". Por estos motivos, Sánchez ha abogado por no dejar que Anova y En Marea se instalen "en el sistema tradicional de representación" ni que se acomoden en el ámbito institucional, sino en usar este mismo "para retroalimentar la rebelión cívica y cambios muchos más profundos".
Después de cinco elecciones en dos años y medio, ha abundado, "es tiempo de trabajar en el seno de la sociedad", en colaboración con los movimientos sociales, las asambleas territoriales y las "mareas" municipales para "fortalecer ese contrapoder necesario y para que se retome el protagonismo de la calle", cuya voluntad se debe trasladar después al terreno institucional.
