martes. 19.03.2024

  • El operativo de la Xunta cuenta con más de 7.000 personas, 360 motobombas y una treintena de medios aéreos, además de doce drones de vigilancia, para la disuasión y el apoyo a la extinción
  • El Ejecutivo autonómico refuerza la prevención, con la puesta en marcha de un plan monográfico con una inversión de 30,5 millones de euros para actuar en casi 46.000 hectáreas

 

El Pladiga 2020 mantiene el esfuerzo en materia de medios y personal de lucha contra el fuego, si bien incorpora algunas novedades importantes, como la mayor presencia temporal de efectivos sobre el territorio o la implementación de un plan de prevención de la covid-19.

 

Así, por un lado, este año el operativo antiincendios está integrado por más de 7.000 personas, entre profesionales propios de la Xunta y adscritos de otras administraciones. Además, esta temporada el operativo fijo discontinuo estará desplegado durante seis meses, un mes más que en la anterior campaña.

 

Respecto a los medios materiales, los trabajadores que integran el operativo cuentan con 360 motobombas y otros medios terrestres. Asimismo, el Pladiga 2020 incorpora otra novedad, ya que dota a los medios aéreos de mayor capacidad de transporte de agua y despliega un total de doce drones, que se utilizan tanto en la vigilancia y disuasión como en al apoyo a la extinción de los incendios.

 

Por otro lado, y respecto a la emergencia sanitaria, el operativo se adapta a la situación causada por la covid-19 y cuenta con un completo y detallado plan de prevención, en el que se han establecido más de una docena de instrucciones y protocolos para los profesionales.

 

Así, el documento tiene en cuenta los protocolos necesarios para que los miles de trabajadores puedan realizar su labor en condiciones óptimas de seguridad e higiene.

 

En este punto, cabe recordar que los agentes ambientales y bomberos forestales han realizado un gran esfuerzo durante la emergencia sanitaria, llevando a cabo más de 7.000 desinfecciones en los exteriores de los centros de salud, residencias de mayores y discapacitados y otro tipo de instalaciones. Los profesionales colaboraron, de forma voluntaria, para prevenir el contagio del coronavirus y llevaron a cabo desinfecciones en 200 municipios gallegos con menos de 5.000 habitantes.

 

La prevención es esencial

desbroce

 

La prevención resulta fundamental y, en consecuencia, este apartado ocupa un lugar destacado en el Pladiga 2020, que ha incorporado un plan monográfico dedicado a trabajos de prevención.

 

Por su carácter esencial en la prevención contra el fuego, se llevan a cabo labores relacionadas con la creación y mejora de cortafuegos y fajas auxiliares, así como con la mejora y el mantenimiento de pistas en el monte o con la eliminación de residuos forestales. De igual modo, se supervisa el estado de los puntos de agua y se efectúan labores de desbroce mecanizada arrastrada, desbroce manual y desbroce mecanizado de brazo.

 

Así, con una inversión de 30,5 millones de euros, los profesionales actúan realizando labores preventivas en cerca de 46.000 hectáreas y en casi 5.800 kilómetros de pistas y carreteras. Además, el operativo contempla la construcción de 121 nuevos puntos de agua y el mantenimiento de los 3.207 ya existentes, entre otras medidas. De igual modo, el personal propio de la Xunta y el personal contratado trabajan en casi 8.400 hectáreas, efectuando diferentes tipos de labores silvícolas; mejoran unos 3.100 kilómetros de pistas forestales; y adecúan a la normativa de distancias unos 100 km de carreteras y vías de ferrocarril.

De acuerdo con los deberes establecidos en la Ley de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia, las actuaciones desarrolladas bajo el paraguas del Pladiga 2020 se realizan, por una parte, en montes y terrenos forestales y, por otra, en las fajas secundarias de gestión de biomasa, que son las de los 50 metros de terreno rústico más próximas a las viviendas.

 

Además, el plan de este año otorga subvenciones destinadas a realizar trabajos para la prevención de los daños causados por fuegos, desastres naturales y catástrofes en montes vecinales mancomunados y en sociedades de fomento forestal (Sofor). Mediante esta vía, trabajan en el control selectivo de combustible en casi 9.700 hectáreas, así como en la construcción de un total de 121 puntos de agua. Además, el plan potencia las aplicaciones informáticas con las que cuenta el personal del servicio para la lucha contra el fuego, integrando nuevas funcionalidades, como son la visualización actualizada de imágenes vía satélite, la compartición de pantalla entre varios usuarios o la implementación de shapes (formas, siluetas) provisionales de evolución del fuego.

 

Asimismo, agentes y técnicos contarán con información en tiempo real en sus tablets, lo que les permitirá gestionar los incendios sobre el territorio de manera más rápida y efectiva. Así, se incluyen datos cartográficos actualizados como puntos de agua, límites administrativos o espacios protegidos, así como búsqueda de topónimos y puntos kilométricos, localización GPS de los recursos asignados, rutas de acceso seguidas por los primeros recursos en llegar, información de la evolución del fuego y fotografía georreferenciada, o capacidades de edición para indicar puntos de encuentro, cortafuegos, perímetros provisionales del fuego, etc.

 

El Pladiga 2020 actualiza también la información relativa a las Parroquias de Alta Actividad Incendiaria (PAAI) que, este año, se reducen en más del 60%, pasando de las 71 existentes en el 2019 a las 28 en 2020. Esta cifra se ajusta cada año en función de criterios técnicos, relacionados o bien con el número de fuegos registrados en estas parroquias o bien con su virulencia.

 

Colaboración municipal

La colaboración municipal resulta también fundamental en la lucha contra el fuego y, por el momento, hay 263 ayuntamientos y 5 mancomunidades suscritas a convenios con la Xunta para su participación y defensa contra incendios forestales.

 

Estos convenios se centran en tres vías de colaboración entre la Administración autonómica, las administraciones municipales y las mancomunidades: la participación mediante la actuación de vehículos motobomba, la realización de tratamientos preventivos de manera mecanizada y la contratación durante tres meses de brigadas para el desarrollo de labores de vigilancia y extinción y de trabajos de prevención mediante el control del combustible de manera manual.

 

Así, en la actualidad hay 251 brigadas municipales activadas dentro de este plan, que cubren una superficie de actuación total de cerca de 19.500 hectáreas, sumando los trabajos manuales y los mecanizados. Además, es preciso añadir las casi 600 hectáreas de actuación preventiva de los Grupos de Emergencia Supramunicipales (GES).

 

Además, la colaboración entre el Ejecutivo gallego y los ayuntamientos se plasma también mediante un convenio de colaboración suscrito entre la Xunta, la Fegamp y Seaga, en el que se incluyen los trabajos propios de las actuaciones preventivas.

 

En el marco de este convenio están adheridos 259 ayuntamientos y hay otros cuatro que han solicitado incorporarse a formar parte de dicho convenio. En total, se podrían llevar a cabo ejecuciones subsidiarias en casi 2.600 hectáreas y actuaciones de gestión de biomasa en vías de titularidad municipal hasta en un total de 2.590 km en toda Galicia. Asimismo, se prevé actuar en otras 5.300 hectáreas en las parroquias priorizadas dentro de este convenio a lo largo de este año.

 

Agroganadería y sostenibilidad Paralelamente al Pladiga 2020, se contemplan también otras iniciativas que vuelven a incidir en la anticipación ante el fuego, ya que esta resulta esencial para evitar las consecuencias que traen consigo los incendios forestales. Así, la dotación de material y vehículos, el plan de pastos, la silvicultura preventiva, las aldeas modelo o los polígonos agroforestales son actividades complementarias planificadas por la Xunta y en su conjunto suponen una inversión de más de 33 millones de euros.

 

En lo que respecta a la dotación material, la Administración autonómica contempla la adquisición y mantenimiento de motobombas, la construcción y arreglos en las emisoras y bases aéreas y el alquiler de vehículos para brigadas y agentes así como diferentes equipamientos y herramientas. Además, de manera complementaria, la Xunta ha puesto en marcha el Plan de pastoreo de Galicia, con el objetivo de fomentar la ordenación y la puesta en valor de los pastos de la comunidad autónoma para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, al tiempo que se trabaja en la anticipación a los incendios forestales.

 

Esta iniciativa contempla la recuperación de hasta 2.250 hectáreas, que contribuirán a dotar a las explotaciones de más base territorial y, a la vez, buscarán la rentabilidad de la actividad agroganadera, apoyando y fomentando el relevo generacional en el campo y el mantenimiento de la población en el entorno rural.

ovejas

Otro objetivo de la Xunta de Galicia es contribuir al equilibrio y a la sostenibilidad ambiental, tanto para efectuar un buen cuidado de los pastos como para garantizar el uso y disfrute de las ganaderías que hacen uso del pastoreo en los montes vecinales, que son la mayoría y, además, crían ganado de producción de carne sostenible y con razas autóctonas.

 

Por otro lado, con respecto a las iniciativas de movilización de tierras, destacan las aldeas modelo y los polígonos agroforestales, en los que se llevarán a cabo actuaciones en zonas en abandono o infrautilización de alta o especial capacidad productiva para uno o varios cultivos o aprovechamientos.

 

En el caso de las aldeas modelo, se ejecuta la limpieza de las franjas alrededor de las viviendas, eliminando maleza, pino, eucalipto y acacia. Además, se establecerá en esa franja actividad agroganadera, con el fin de que se convierta en un cortafuegos natural frente al fuego. La Xunta prevé aprobar, a lo largo de este año, unas 25 aldeas modelo en toda Galicia.

 

Por último, este año se incide también en la silvicultura preventiva, que busca evitar los daños causados por los incendios o desastres natural e incrementar la capacidad de adaptación y el valor ambiental de los ecosistemas forestales.

Prevención y actuación ágil, claves en la lucha contra incendios