jueves. 28.03.2024

"Todos somos Teresa". Con este mensaje escrito en mascarillas sanitarias han despedido hoy sus compañeros a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería infectada de ébola que ha logrado superar la enfermedad, en el primer caso de contagio fuera de África. Poco antes de las 14.15 horas, la gallega, que hoy ha recibido el alta médica, abandonaba el Hospital Carlos III de Madrid, donde ha permanecido ingresada treinta días, veinticinco de los cuales ha estado aislada. Y lo hacía en su propio coche, conducido por su marido, Javier Limón, quien también la ha acompañado en una multitudinaria comparecencia ante los medios de comunicación.

 

"Adiós Tere", "ánimo Tere" o "te queremos Tere" han sido algunas de las frases que los compañeros de Romero han coreado a las puertas del hospital mientras el vehículo blanco atravesaba la verja de salida del centro sanitario hacia "un lugar en el que no nos podáis localizar", según había asegurado unas horas antes el marido a los medios de comunicación. También una pancarta de los empleados del Carlos III con la leyenda "Sin banderas, ni colores, somos usuarios y trabajadores" situada a la salida del hospital ha sido testigo de la despedida de Teresa.

 

Hasta "El mocito feliz", ese personaje que se cuela en las instantáneas de los famosos, ha querido estar presente hoy en el momento en que la auxiliar de enfermería dejaba atrás el hospital.

 

Apenas media hora antes y con semblante abrumado, Teresa hacía su primera aparición pública en el hall del Carlos III, donde la esperaban más de cuarenta cámaras de televisión y otros tantos fotógrafos que querían inmortalizar su primera imagen tras recibir el alta. En silla de ruedas y acompañada por su marido, Teresa ha sonreído a los medios y ha saludado con la mano en alto antes de comparecer en el salón de actos del centro. Una comparecencia que ha estado a punto de frustrarse.

 

El personal de prensa del hospital ha pedido a los medios que abandonasen el hall y esperasen dentro de la sala por expreso deseo de Teresa, que no se sentía con ánimo de hacer el paseíllo. Finalmente, los cámaras y los fotógrafos han vuelto al hall y todo ha transcurrido según lo previsto.

 

En el salón de actos e interrumpida por gritos de "Tere, Tere, Tere" y aplausos, Romero ha leído emocionada un comunicado en el que sus primeras palabras han sido de agradecimiento a todos aquellos que la han ayudado a seguir con vida. Previamente, el equipo médico que la ha atendido había ofrecido una rueda de prensa en la que la auxiliar de enfermería no había querido estar presente.

 

Aunque estaba prevista que una gran cadena humana formada por profesionales del Carlos III rodeara el edificio para simbolizar un gran abrazo a Teresa, finalmente este acto no se ha podido celebrar porque los organizadores no habían pedido autorización para ello. Después de unos meses de lo más agitados, el Carlos III empieza a recuperar la normalidad. Y como comentaba un médico: "Ahora ya vendrán mis pacientes a verme".

 

"Todos somos Teresa"