jueves. 28.03.2024

Teresa Romero, para su círculo íntimo "Tere", viajó a Galicia, a su pueblo, para descansar y poder disfrutar allí de los manantiales que tanto echaba de menos, pero el interés social que ha despertado su caso la ha llevado a tener hoy una cortesía más con la prensa. La primera persona contagiada por el virus del ébola en Europa ha querido resolver, con una comparecencia, la guardia de los medios de comunicación frente a la vivienda en la que se aloja, la de su madre, Jesusa Ramos.

 

Hacía frío esta mañana en Becerreá, su municipio de origen, en la montaña de Lugo, pero ha tenido "Tere" el suficiente resuello para salir a dar la cara en uno de esos días desapacibles que preludian el invierno que se acerca, con lluvias impenitentes, temperaturas tirando a bajas y un poco de viento para calar hasta los huesos la humedad del ambiente. Teresa y su familia quisieron tener un gesto con los informadores y, a mediodía, la auxiliar de enfermería gallega bajó a la calle para atender a los reporteros literarios y gráficos, acompañada por su madre, Jesusa Ramos, y su marido, Javier Limón.

 

"Tere" todavía tiene que recuperarse. Su marido recordó que "necesita descansar" y para eso, precisamente, se desplazaron ambos hasta Becerreá, en busca de una tranquilidad que les permita aliviar la presión a la que se han visto sometidos durante el último mes. Abrumada en parte por la expectación mediática que ha generado su caso desde su salida del centro médico, la auxiliar de enfermería ha apostillado:

 

"Yo era una persona normal y lo sigo siendo". Una persona "normal" con una madre que estuvo en vilo durante muchas semanas, mientras ella se debatía entre la vida y la muerte en un hospital de Madrid. Por eso Jesusa Ramos hoy tenía otra cara. Sigue viendo a su hija "muy débil" y "muy flaquita", pero de eso ya se encarga ella. Contó radiante que ayer, cuando llegó del viaje, "Tere" tomó el caldo que ella le había preparado, así como empanada y otras cosas ricas.

 

También anunció que le hará muchas "más comidas" en estos pocos días que va a pasar a su lado. Pero curiosamente, cuando estaba ingresada, Teresa no pensaba en mesa y mantel. Hoy confesó que cuando se encontraba "muy mala" y no le permitían beber agua, "soñaba con los manantiales" de Becerreá, la localidad en la que vive su madre y que ahora quiere convertirla en Hija Adoptiva. Interrogada sobre esa propuesta del Ayuntamiento de Becerreá, Teresa Romero ha comentado que, al menos de momento, nadie le ha hecho saber "nada oficialmente".

 

El gobierno local de esta localidad de la Montaña de Lugo confirmó a Efe que la propuesta sigue encima de la mesa, aunque su alcalde, Manuel Martínez, prefiere esperar unos días antes de hacérsela llegar de forma oficial, para que la futura Hija Adoptiva de Becerreá esté un poco más recuperada.

 

"Me imagino que sí" la aceptaría, avanzó Teresa. Y su marido fue todavía más claro y reconoció que ya hablaron entre ellos y "a ella le hace mucha ilusión". Esto no impide que en este momento prefiera centrarse Teresa en su recuperación y en dejar atrás las jornadas de angustia vividas. "Hemos venido a descansar y a olvidarnos de que el mundo existe", ha concretado Javier Limón.

 

A Teresa lo que le "apetece" es pasear y disfrutar, si el tiempo se lo permite, de la naturaleza y de ese paisaje del que presume de la Montaña de Lugo. "Para eso he venido", ha enfatizado, haciendo gala, esta vez en Galicia, de su enorme fortaleza.

Teresa Romero, en Becerreá: "Soñaba con los manantiales de aquí"