viernes. 29.03.2024

El médico examinador aéreo Jesús Nava Antuña sostiene que la medicina aeronáutica "debe ser más preventiva y menos censora", pues se descarta a gente válida por criterios demasiado restrictivos que, sin embargo, son incapaces de detectar casos como el del piloto que accidentó un vuelo de Germanwings. Jesús Nava Antuña (Langreo, Asturias, 1954) es médico por la Universidad de Santiago de Compostela, donde terminó sus estudios para posteriormente especializarse en nutrición y medicina aeronáutica, una rama de la ciencia con una finalidad "básicamente preventiva" centrada en la aviación.

 

"El objetivo es tratar de ver en qué condiciones psicofísicas un piloto, un controlador o un auxiliar de vuelo puede desempeñar sus funciones con seguridad y conseguir que tenga una buena salud durante toda su vida laboral", explica en una entrevista con Efe. Los controles que pasan los profesionales de la aviación empiezan antes del inicio de su vida laboral, con un chequeo exhaustivo que puede durar siete horas con siete especialistas: otorrino, oftalmólogo, cardiólogo, psiquiatra, psicólogo, analista clínico y médico aeronáutico. "Es un cribado para evitar que pase alguien que presente anomalías psiquiátricas importantes. No se trata de ver su coeficiente intelectual o su personalidad sino cosas graves.

 

Descalifican neurosis graves, psicosis, esquizofrenias o trastornos del humor importantes, que yo no he visto nunca ningún caso", añade. La normativa médica, que es "bastante detallista", también elimina a personas por razones físicas, aunque Nava Antuña sostiene que "la autoridad, en España, califica siempre de una forma muy restrictiva".

 

"En principio, puede ser aceptable cualquier candidato con una salud normal. Por ejemplo, según mi interpretación, no hay límite de dioptrías con tal de que veas bien con corrección", continúa. Pero la norma es "tan exigente" que "está quedando fuera gente que podría ser perfectamente aceptable" por cuestiones como el daltonismo, ante el que plantea una prueba en simulador "para ver si el piloto distingue las luces que se utilizan en aviación", pero en la práctica no se llega hasta ahí antes de descalificar al candidato, que debe superar el test de Isihara o el anomaloscopio. Incluso el psicólogo, en algunas ocasiones, elimina a aspirantes porque "considera que no tienen inteligencia suficiente para ser pilotos":

 

"Me parece una aberración", agrega. Una vez un candidato consigue la aprobación médica para entrar en el mundo de la aviación, se realizan revisiones anuales para evitar la aparición de circunstancias que inhabiliten a los profesionales. Reconoce el especialista, no obstante, que "la importancia que pueden tener esos reconocimientos anuales en la seguridad de un piloto" y la "importancia de la medicina para la seguridad aérea" en general es "prácticamente ninguna".

 

"La mayor parte de los accidentes, incidentes o situaciones de gravedad catastróficas no tienen nada que ver con la salud del piloto", declara. Un caso popular es el accidente del vuelo 9525 de Germanwings, que acabó con 150 fallecidos por el suicidio del piloto, según determinó la investigación, pero Nava ve imposible su detección. "Si alguien tiene esa tendencia puede ir al médico y ocultarlo porque no hay manera de saberlo. Los profesionales, como saben que se juegan su licencia para seguir trabajando, dependen de la confianza que tengan con su médico examinador, que no puede ser un inquisidor.

 

Si se convierte en eso nadie le dirá nada y aumenta la inseguridad", desvela. Por eso aboga por un cambio en la tendencia "rígida, estricta y a veces injusta" de las autoridades españolas y europeas que favorezca la confianza entre médico y paciente para que nadie oculte datos en los controles, aunque en casos como este sean indetectables. "La idea es que el piloto sepa que es responsable de su salud y de que todo lo que le aparezca, lo declare.

 

En toda América hay una normativa que es muy flexible. Los reconocimientos médicos de allí son de risa respecto a los que se hacen aquí y los test de drogas no se hacen nunca. Pero no tiene menos garantía de seguridad ni más siniestralidad", apunta. En Estados Unidos cada uno es "responsable de lo que diga y de lo que oculte", pero si oculta algo importante "puede ir a la cárcel porque está infringiendo una ley general", mientras que en España "si alguien miente, no le pasa nada, lo que induce a que la gente mienta" y, además, después la autoridad va contra el médico y no contra quien ocultó, como con el copiloto alemán del vuelo 9525.

 

Por eso sostiene que el "reto fundamental" de la medicina aeronáutica es ser "más preventiva, más supervisora de la salud del candidato y menos censora", por tanto, debe ser "una auténtica medicina preventiva, que no se hace en ningún sitio de España en ningún sector".

Dr. Nava: "La medicina aeronáutica debe ser más preventiva y menos censora"