El Sindicato de Enfermería Satse ha impulsado una campaña de concienciación en contra de las agresiones a estos profesionales ante el repunte detectado en los últimos años, que el colectivo relaciona con los "recortes" de medios y de personal en el sistema sanitario público.
La secretaria general de Satse en Galicia, Carmen García Rivas, ha explicado en rueda de prensa que el objetivo de la campaña es concienciar a la población de que ellos no son responsables de las disfunciones del sistema, así como a los propios profesionales de que deben denunciar cualquier agresión, ya sea física o verbal. Y es que según cálculos del Ministerio de Sanidad, solo se denuncian formalmente el 11 % de los casos, según ha resaltado Judith Juncal, responsable de salud laboral del sindicato.
En 2016 en Galicia se registraron 226 casos denunciados de agresiones al colectivo de enfermeros, casi la mitad de los contabilizados a nivel nacional, 486; y en el primer semestre de 2017 la cifra se disparó hasta los 174 en la comunidad autónoma. Ahora bien, Satse calcula que al día se registran en España 55 agresiones, la mayoría verbales, ya sean amenazas, insultos o coacciones.
En el 67 % de los casos, el agresor es un hombre, con predominio de los pacientes por encima de los acompañantes, y estos episodios se producen con más frecuencia en consultas o despachos, por delante de habitaciones de hospital o salas de urgencias y durante los servicios de atención domiciliaria.
La causa más común de las discusiones que acaban en agresiones es la disconformidad del paciente con el trato recibido, eminentemente tiempos de espera, o con el tratamiento dispensado. La secretaria general de Satse en Galicia ha insistido en que el repunte de los episodios de agresiones a los profesionales sanitarios ha coincidido en el tiempo con la crisis económica, lo que hace que la gente esté "más exasperada, desesperada", pero que ellos no son los culpables. El sindicato ha apelado a la administración a que ataje la situación, más allá del apoyo que dispensa a las víctimas de las agresiones una vez que se han producido, y se ha mostrado partidario de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado intervengan en los "puntos negros" donde hay localizada una mayor incidencia de estos episodios violentos.
