jueves. 28.03.2024

La abulense Isabel Muñoz, convertida en la primera médica de España fallecida por coronavirus, tenía la "obsesión" de no contagiar la enfermedad, de ahí que se autoaislara en su casa de Salamanca sin querer tener contacto físico con nadie, mientras trataba de recuperarse desde el pasado 15 de marzo.

 

Su hermano, Jesús Muñoz, lo sabe bien, ya que durante este tiempo ha mantenido contacto constante con ella desde la localidad abulense de Villaflor, hasta donde se trasladó el marido de la fallecida desde la capital salmantina, a instancias de su mujer, para evitar contagios.

 

"Era una profesional como la copa de un pino", ha asegurado este miércoles a Efe su hermano, mientras se dirigía a Salamanca con su cuñado para asistir a la incineración de Isabel Muñoz, antes de que sus cenizas reposen retornen a Villaflor, un pequeño municipio de poco más de cien habitantes.

 

Su hermano destaca el amor que sentía por su pueblo, de ahí que la familia quiera cumplir con el deseo de que sus restos descansen junto a los de sus padres en el camposanto de esta localidad que se encuentra "impactada" por la noticia, según Jesús Muñoz, conocido por su labor como presidente de UCCL en Ávila y de la Cámara Agraria provincial. Sin patologías previas, asegura Muñoz, su hermana decidió autoaislarse al sufrir los primeros síntomas en su casa de Salamanca, desde donde se desplazaba a diario, hace cinco años, al centro de salud de La Fuente de San Esteban.

 

Muñoz ha expresado su tristeza por el hecho de que su hermana haya muerto a la espera de una prueba que no llegó, ya que el martes su cuerpo fue encontrado por la Policía en su casa, después de que su hermano y su esposo no recibieran su respuesta esa mañana, horas después de mantener la última conversación con ella, a las 21.30 horas del lunes. Su hermano asegura que ese día la encontró "algo cansada pero muy animada", ya que la fiebre "le había bajado" y "pensaba que podía curarse" en su aislamiento, porque "era muy valiente".

 

"La única obsesión que tenía era no contagiar a nadie", de ahí que no dejara a su marido que le visitada, según ha subrayado Jesús Muñoz, antes de recordar cómo ella les transmitía por teléfono que su situación iba mejor, con algún repunte en la fiebre. Sin embargo, la falta de respuesta a las llamadas del martes por la mañana, hizo que tanto él como su cuñado se preocuparan y decidieran llamar a una vecina, que se presentó en la casa con la Policía, descubriendo el cadáver de Isabel Muñoz.

 

Su hermano ha lamentado que el test de coronavirus se le haya realizado tras fallecer, ya que "no le habían hecho la prueba", de ahí su ruego de que a los sanitarios se les realicen las pruebas de Covid-19. Además de destacar su profesionalidad, también ha hecho hincapié en lo querida y valorada que era por sus pacientes a lo largo de una trayectoria profesional que le ha llevado por municipios salmantinos como Cantalapiedra o Topas, antes de recalar en La Fuente de San Esteban.

 

Isabel Muñoz ha muerto a los 59 años y se ha convertido en la primera médica de España que pierde la vida por este virus, "con la única obsesión de no contagiar a nadie".

La primera médica muerta por Covid-19 estaba obsesionada con no infectar a nadie