viernes. 19.04.2024

En la cuesta de enero todo suma para tratar de que en esta época nos duela menos el bolsillo. Hacer un buen uso del sistema de calefacción puede servir para que podamos ahorrar en la factura energética. “El truco para darse de baja de hábitos que nos hacen derrochar energía, no es otro que apostar por la eficiencia energética”, explican desde Remica Servicios Energéticos, compañía con más de tres décadas de experiencia en el sector.

 

¿Cómo lograrlo? Estas recomendaciones te ayudarán a sacar el máximo partido a tu sistema de calefacción y a ahorrar en la factura energética. 

 

Merece la pena apagar la calefacción por la noche

En algunas viviendas, se mantiene la calefacción encendida por las noches porque consideran que así ahorran más energía que si la apagan y la encienden por la mañana. Sin embargo, se trata de una creencia errónea ya que mantener la calefacción apagada por la noche es más económico.

 

Sin embargo, en viviendas mal aisladas, en las que es complicado lograr una temperatura adecuada, se puede mantener un régimen nocturno reducido, de unos 17-18 grados centígrados. De esa forma no habrá que vencer un salto térmico importante al encender la calefacción tras muchas horas de estar apagada. Así, durante el día, se podrá alcanzar la temperatura de confort deseada sin que el sistema realice un sobre esfuerzo energético.

 

Mantener un régimen nocturno reducido genera un incremento en el nivel de confort aunque, en lo referente al consumo, puede producirse un ligero aumento. La decisión final depende de las prioridades del usuario.

 

Desconectar la calefacción cuando la casa está vacía

Si durante el día la vivienda permanece varias horas desocupada, mantener la calefacción encendida es un derroche energético.

Aquellos que quieran llegar a casa y encontrársela caldeada, sin desperdiciar energía, pueden lograrlo si instalan un cronotermostato.

Estos dispositivos se pueden programar para que la calefacción se encienda unos minutos antes de que las personas que habitan la casa lleguen al hogar. De ese modo, encontrarán la vivienda a la temperatura de confort deseada sin que eso suponga ningún derroche de energía.

 

No hace falta encender todos los radiadores de la casa

Para que la vivienda esté caliente, no hace falta mantener una temperatura constante en todas las habitaciones.

Es mucho más eficiente apagar los radiadores en aquellos espacios que no se utilicen y cerrar la puerta. De ese modo no se derrocha energía y se mantiene el confort térmico en el interior de la vivienda.

 

Por ello, para poder regular la calefacción, en función de las necesidades de la vivienda sin derrochar energía, es aconsejable que las instalaciones con calefacción centralizada opten por la individualización.

 

Los hábitos de las personas marcan la diferencia

Regular el sistema a una temperatura superior a la necesaria supone un gran derroche de energía. Por ello, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, IDAE, recomienda no regular la calefacción a una temperatura superior a 21 grados centígrados. Y es que se calcula que, por cada grado extra, aumenta el consumo de energía hasta un 10%.

 

Ventilar la casa en invierno a primera hora, en lugar de hacerlo a mitad de la jornada, también evita el derroche de energía. Se considera que ventilar durante diez minutos es más que suficiente para renovar el aire de una habitación.

 

¿Por qué apostar por la gestión energética?

Ya se trate de instalaciones de calefacción individual o colectiva, para que la calefacción proporcione el calor que se demanda en invierno es imprescindible realizar un mantenimiento del sistema.

 

En comunidades de propietarios con sistema de calefacción central, la legislación obliga a contratar un mantenimiento preventivo y correctivo. El RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) establece que es el titular de la instalación térmica el responsable de:

 

• Que el mantenimiento de la instalación térmica se realice por una empresa mantenedora habilitada./// • Que se realicen las inspecciones obligatorias.

• Conservar la documentación de todas las actuaciones.

 

La empresa de mantenimiento es la responsable de la seguridad y el buen funcionamiento de una instalación en una comunidad para que, por ejemplo, los vecinos no se queden sin calefacción.

 

Sin embargo, es posible ir más allá y, además de este servicio de mantenimiento obligatorio, se puede contratar un servicio de gestión energética, que se caracteriza porque:

• A diferencia del mantenimiento tradicional, una compañía que se ocupe de la gestión energética de la instalación, logrará obtener un consumo de energía más eficiente y, por tanto, reducir la factura energética.

• Este ahorro se consigue mediante medidas planificadas, llevadas a cabo con el objetivo de utilizar la mínima cantidad posible de energía dando un servicio adecuado, manteniendo o incluso mejorando los niveles de confort.

 

Antes de darse baja Remica Servicios Energéticos aconseja preguntar a su actual compañía mantenedora, para la implantación de estas medidas.

 

Remica Servicios Energéticos, como ESE, ofrece la posibilidad de contratar ambos servicios, en función de las necesidades y requerimientos de sus clientes.

 

Estas son las principales ventajas de contratar una gestión energética:

• El ahorro energético que conlleva hacer un uso más eficiente de la instalación térmica también se traduce en un ahorro económico.

• Además es más ecológico: a menos energía consumida, más se reducen las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.

• La compañía que realiza la gestión energética ofrece un servicio integral: desde el suministro de energía, hasta el mantenimiento y gestión de todos los elementos que componen la instalación de gestión energética.

• La compañía comparte el riesgo de una mala explotación de los elementos que conforman la instalación de producción de energía. Si la generación y transporte de la energía no es eficiente, será el gestor energético y no el cliente final el que verá mermada su cuenta de resultados.

Calefacción: Cómo darse de baja de hábitos poco eficientes