jueves. 28.03.2024

Los análisis de la trituradora de Bruno H.V., conocido como el descuartizador de Majadahonda, han determinado que en la máquina picadora había sangre de su tía Liria Hernández, además de la de Adriana Gioiosa, la inquilina desaparecida a finales de marzo y por cuya desaparición se encuentra detenido el presunto asesino. Los restos de ADN de Hernández han sido localizados tras ser desmontada la máquina y analizadas, una a una, todas sus piezas.

 

Hernández era la dueña del chalet que el acusado tenía en alquiler y en el que se había alojado la propia Gioiosa hasta su desaparición. Cabe recordar que sus allegados aseguran que no la ven desde hace cinco años y que, en su primera declaración, su sobrino afirmó que estaba "en una residencia de ancianos de Ávila", aunque no se acordaba del nombre de la misma, y que le había cedido el usufructo de la vivienda. La Guardia Civil intentó, sin éxito, localizarla, por lo que se especula con que su sobrino la haya asesinado. También se ha encontrado ADN de esta mujer en uno de los serruchos que también se intervinieron en el piso.

 

Bruno H.V. tenía en el sótano de la casa en la que vivía Gioiosa un maletín con cuchillos, hachas y un machete, junto a la trituradora en la que aparecieron "restos de sangre y posibles restos de carne y óseos" de ella y de la tía del detenido. Los investigadores trabajan sobre la teoría de que el hombre, que tiene raices en Lugo, se valió de estas herramientas para intentar ocultar sus crímenes deshaciéndose de los cuerpos.

Encuentran restos de la tía del descuartizador de Majadahonda