Catalina fue detenida por la Guardia Civil el pasado 15 de julio por arrojar a su hijo de quince días a un contenedor de basura subterráneo en Madrid. Gracias a un vecino que escuchó el llanto del bebé, la Guardia Civil pudo rescatarlo con vida y trasladarlo al hospital. La historia parecía haber terminado, pero la investigación de la policía ha descubierto más cosas sobre el pasado de la madre.
Según informaciones de 'El Mundo', la mujer, colombiana de 37 años, ha confesado en la cárcel que tuvo a una niña en febrero de 2013 que dio a una pareja que no conocía nada más salir del hospital. La madre afirma que no hizo lo mismo que con el último niño.
En esa ocasión, dice que salió del hospital con su hija recién nacida y, de camino hacia casa, se paró en un parque de Mejorada. Asegura que se lo dio a dos personas de mediana edad, de unos 30 años, que no conocía, les dijo que no podía mantenerla y les pidió que la cuidaran.
Añadió que no sabe quiénes son y que se marchó de inmediato llorando. Los agentes no creen su versión y sospechan que se desprendió del bebé dado que de esa niña no hay constancia en ningún registro y la Guardia Civil no ha encontrado indicios de que siga viva. El caso sigue bajo secreto sumarial y la mujer podría enfrentarse a dos delitos de homicidio en grado de tentativa por deshacerse de sus dos últimos vástagos.
