viernes. 29.03.2024

La Sección Primera de la Audiencia de Castellón ha condenado a 28 años de cárcel al empresario gallego que encargó el asesinato de su amante y a 30 años al mediador que contrató a los sicarios que mataron a tiros a la joven y a un amigo en el conocido como "crimen de Càlig". Así se constata en la sentencia hecha pública hoy por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana dictada por el magistrado presidente de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, de acuerdo al veredicto emitido por el jurado popular el pasado 11 de noviembre.

 

Los dos acusados por el conocido como "crimen de Càlig" fueron declarados culpables por un jurado popular que emitió su veredicto tras ocho sesiones de juicio. El magistrado presidente del tribunal impone 28 años de prisión al empresario como autor por inducción de dos delitos de homicidio; al otro acusado lo condena a 30 años de cárcel como cooperador necesario de dos asesinatos, mientras que ambos han sido absueltos del delito de allanamiento de morada.

 

El fallo considera probado que el empresario gallego conoció a la víctima en Cuba cuando ésta "rayaba la mayoría de edad", inició una relación con ella y la trajo a España en 1998. Tras algunas interrupciones en la relación, en 2003 la joven volvió a España y en 2004 su hermana menor se trasladó a vivir con ella a Vinaròs. El empresario ejercía un "fuerte control sobre ellas", les controlaba las llamadas, sus salidas y entradas de casa y sus amistades, hasta el punto de amenazar a chicos que se relacionaban con la joven.

 

Ésta viajó a Italia a ver a su hermana y allí, "previendo lo que podía pasar", escribió una carta en la que decía que si le ocurría algo el único culpable sería el empresario. Volvió de Italia a Vinaròs y continuó con la relación por el "temor que sentía y el miedo a las represalias" hasta que "no pudo soportarlo más" y a principios de 2005 comunicó al empresario su decisión de "romper definitivamente". Éste, según el fallo, "despechado y enfurecido, decidió acabar con la vida de su examante y su hermana menor, contratando para ello a los sicarios que fuera necesario". Para ello contactó con el otro acusado y le encargó que, "a cambio de dinero, él o con otras personas buscadas por él, procediera a la ejecución de las hermanas".

 

El mediador contactó con el sicario ya condenado -que cumple 44 años de prisión- para, junto a otras personas no identificadas, y actuando de acuerdo a un plan concertado, dirigirse al domicilio de las hermanas y acceder al mismo de manera irregular hasta la llegada de éstas. Sobre las cinco de la mañana del 12 de junio de 2005, las hermanas volvían a su domicilio en Càlig pero por el camino sufrieron un accidente de circulación. Llamaron a dos amigos, quienes acudieron en su ayuda. La joven y uno de los dos amigos fueron hasta el domicilio para avisar al seguro y allí fueron sorprendidos por el sicario y personas que no han podido ser identificadas, las cuales golpearon violentamente al joven y posteriormente maniataron a ambos y una vez inmovilizados, les dispararon mortalmente. La joven tenía 25 años en el momento del fallecimiento, y el joven 23.

 

En cuanto a la calificación de los hechos delictivos, el magistrado explica que la acción del empresario en los hechos debe calificarse como de homicidio y no asesinato, al ser el inductor pero no el ejecutor directo, y procede imponerle una pena de catorce años de prisión por cada homicidio. Para el mediador se estima que sin sus actos "el hecho criminal no se habría producido", ya que además de poner en contacto al empresario y los sicarios también se considera que participó en las labores de vigilancia, y se le condena por dos delitos de asesinato y se le impone por cada uno una pena de quince años de prisión. Además, deberán indemnizar con 110.000 euros a la madre de la joven y 30.000 a cada una de las dos hermanas, a los padres del joven con 110.000 euros y al hermano con 30.000.

Condenado a 28 años el empresario gallego acusado del doble crimen de Càlig