El Parador de Vilalba, situado en la antigua Torre de Homenaje de los Andrade, conmemoró su 50 aniversario (1967-2017) en un acto celebrado en la capital chairega. El mismo fue presidido por la responsable de Paradores, Ángeles Alarcó, que definió el establecimiento vilalbés como "impulsor de toda la riqueza de la comarca". También sugirió que el nombre de Manuel Fraga Iribarne, hijo predilecto de Vilalba y uno de los grandes impulsores de su construcción, debería "estar presente en su nomenclatura oficial".
La directora general de Turismo, Nava Castro, destacó asimismo el potencial económico del municipio chairego. "Vilalba reúne muchos de los ingredientes que potencia la estrategia Galicia 2020", señaló Castro en referencia al programa turístico auspiciado por el Gobierno autonómico. El regidor vilalbés, Agustín Baamonde, recordó que "no todo fue rosa" en el pasado, y rememoró el "doble rescate" llevado a cabo por Fraga Iribarne. El primero aconteció en los años 60, cuando ejercía como Ministro de Información y Turismo, y convirtió "un nido de cuervos" en Parador Nacional.
El segundo "rescate" sucedió a finales de los 90, cuando rondaba una amenaza de cierre inminente sobre el edificio. "El Parador", señaló Baamonde, "resurgió como el ave fénix gracias a una ampliación proyectada desde el gobierno autonómico", cuyo presidente en ese momento era Fraga Iribarne. En el plano positivo, el alcalde vilalbés reconoció la importancia del establecimiento turístico a la hora de dotar de vida al municipio. "Hizo que el nombre de Vilalba sonara en toda España", subrayó Baamonde, "y aun hoy sigue siendo el símbolo de nuestro pueblo". "Si las piedras de la torre tuvieran sentimientos, en este momento estarían felices al ver que siguen siendo referente de la historia de Vilalba", concluyó el regidor chairego.
