viernes. 29.03.2024

La Guardia Civil calcula que los detenidos a comienzos del mes de marzo en Galicia por pesca ilegal de merluza negra en la Antártida capturaron ilícitamente más de 3.500 toneladas de esta especie obteniendo con ello un beneficio de más de 10 millones de euros por temporada.

 

Así lo han hecho constar el capitán jefe de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) del SEPRONA, José Manuel Vivar, y el Coordinador de Seguridad Ambiental de la Interpol, Deon Burger, durante una rueda de prensa en la que han especificado los detalles de la "Operación Yuyus" contra la pesca ilegal en la que han colaborado más de quince países.

 

Dicha operación ha culminado con seis personas detenidas a las que la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela decretó prisión eludible bajo fianza de 100.000 euros y que se encuentran actualmente en libertad tras haber depositado la misma. Se les acusa de delitos contra el medio ambiente, integración en organización criminal, blanqueo y falsedad documental. La Guardia Civil está investigando a otras 16 personas y ya ha realizado cinco registros en diferentes sedes empresariales y domicilios, además de incautarse de dinero y de otros bienes de distinta naturaleza.

 

Todos los detenidos e investigados son españoles y pertenecen al entorno de la familia Vidal, propietaria de la compañía Vidal Armadores y muy conocida en el mundo de la pesca, y a quien Deon Burger ha calificado como un "modelo empresarial de delincuencia organizada trasnacional" cuya base se encuentra en la localidad coruñesa de Ribeira. La Guardia Civil tiene constancia de que el grupo lleva delinquiendo desde el 2005 y tiene leves indicios de que podrían llevar pescando ilícitamente merluza negra -especie muy codiciada y conocida en el mundo de la pesca como "oro blanco"- desde 2002 o incluso antes.

 

Para el aprovechamiento de los beneficios ilegales en España, el grupo contaba con diversas empresas afincadas en España y otros países como Belice, Suiza o Panamá, que servían como tapadera de su actividad ilícita o como vía para blanquear el dinero obtenido de la misma. Por otra parte, en el historial del grupo se encuentra el hundimiento de un carguero que transportaba la mercancía de los tres buques investigados, invirtiendo el dinero de la indemnización recibida para la compra en un buque legal, lo cual supondría una forma más de blanqueo.

 

Según el capitán Vivar, "esta operación va a marcar un precedente en otras contra la pesca ilegal" y ha explicado que el grupo criminal "va a tener muchas dificultades para seguir delinquiendo" porque sus tres buques están intervenidos por las respectivas autoridades, sus cuentas se encuentran embargadas y se les va a inhabilitar para la actividad pesquera. Por su parte, el representante de la Interpol, Deon Burger, ha felicitado al instituto armado por su "excelencia en la investigación" y ha alertado de la posible vinculación del grupo con otros barcos y agentes dedicados a la pesca.

 

La operación comenzó en marzo del año pasado cuando la Guardia Civil tuvo constancia de que un grupo de armadores ubicado en Galicia estaba cometiendo infracciones en España y en otros países. Poco después, la Fiscalía de la Sala de Medio Ambiente y Urbanismo encauzó la investigación a la Audiencia Nacional y abrió diligencias. En ella han intervenido más de quince países coordinados por la Interpol, algo que, según el capitán Vivar, fue "muy complicado por cuestiones como la internacionalidad de las aguas" que pueden ocasionar conflictos de competencias entres los países.

 

En un principio, la investigación se centró en el barco "Kunlun", propiedad de la familia gallega, que fue intervenido en Tailandia por declarar falsamente como mero la mercancía que transportaba. Tres meses después, el grupo se dio a la fuga y no se volvió a saber de él hasta que llegó a Vietnam en noviembre donde las autoridades inmovilizaron el barco que cargaba más de 183 toneladas de merluza negra declarada como atún con un valor de dos millones de euros.

 

La Guardia Civil constató que la familia cambiaba constantemente el nombre de sus buques para intentar burlar los controles internacionales, tanto que el barco "Kunlun" pasó a llamarse en tan solo cuatro años "Thule", "Eolo", "Red Moon", "Black Moon" y "InaMaka". A consecuencia de las denuncias contra la pesca ilegal en el océano Antártico, la policía española puso en marcha el pasado marzo la denominada "operación Sparrow" y entró en las oficinas de varios armadores en Galicia.

Pescaron ilegalmente 3.500 toneladas de merluza negra por 10 millones al año