viernes. 19.04.2024

El mar tiene una enorme capacidad de regeneración pero está sometido a una presión constante de la actividad humana, por lo que la disminución del transporte y la pesca debido a la pandemia de COVID-19 pueden suponer "más que una parada biológica".

 

La caída en la demanda de pescado, en gran parte porque no se consume en chiringuitos y demás establecimientos de hostelería durante el confinamiento, ha llevado a muchos pescadores a no salir a faenar al mar, donde a la vez se ha reducido el tráfico marítimo.

 

"Si la flota deja de salir y llegan los meses reproductivos, se puede producir una recuperación puntual de algunas especies", caso de la sardina, ha explicado a Efe el biólogo Jesús Bellido, técnico de Proyectos e Investigación del Aula del Mar en Málaga.

 

El beneficio de las restricciones por la crisis del coronavirus puede superar al de una parada biológica, tanto por la duración de las medidas como por su impacto en todo el sector pesquero, de forma que se va a producir "una liberación de presión generalizada" en la pesca de bajura, y ello posibilitará una recuperación de los ecosistemas.

 

RECUPERACIÓN PUNTUAL DE ESPECIES

"La capacidad de regeneración del mar es brutal, pero si se mantiene una presión constante, no se recupera", ha indicado Bellido, quien cree que esta situación permitirá la "recuperación puntual del 'stock' de especies comerciales". Ello, a su vez, "tenderá a reorganizar" los ecosistemas marinos porque "cuando se esquilman especies, se genera desequilibrio", ha argumentado.

 

Aunque la presión de los depredadores se mantiene, las especies tienen más tiempo para completar su ciclo reproductivo, con lo que una mayor cantidad de estos peces llegarán crecidos al verano", ha explicado. Si el turismo tarda en recuperarse, en los meses estivales seguirá habiendo una menor demanda de pescado, con lo que probablemente "los pescadores capturarán menos sardinas para que los precios no caigan, aunque haya más".

 

En el aire de las ciudades "ya se nota" el impacto medioambiental del confinamiento, por la reducción del tráfico y la paralización de la producción en buena parte de las fábricas, por lo que presumiblemente ese beneficio también se extenderá al mar; "habrá que evaluarlo", ha apuntado.

 

UN PRECIO ALTO DEL CONSUMO

Bellido considera que el modelo de consumo de la sociedad actual tiene "un precio muy alto" en la naturaleza, por lo que estos días de cuarentena tienen que "llamar a una reflexión" y a ser conscientes del cambio climático. El responsable del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (CREMA) de Málaga, José Luis Mons, es algo más escéptico sobre el impacto de la pandemia en el mar:

 

"Es como cuando una persona lleva toda la vida fumando y de pronto lo deja; el alivio se nota, pero el daño profundo tarda más tiempo en desaparecer".

 

Este biólogo cree que a corto plazo los efectos se notan poco, pero pueden equivaler a una parada biológica, que "ayuda sobre todo en periodos larvarios". Mons ha confiado en que este "pequeño respiro" sirva para "tomar conciencia" sobre el modelo de consumo porque "hay muchas cosas de las que estamos prescindiendo durante el confinamiento" y, por ejemplo, se podrían evitar desplazamientos en coche a sitios a los que se puede ir andando.

Más que una parada biológica para el mar