viernes. 19.04.2024

El profesor de la Universidad de A Coruña Pablo Abeal asegura que España tiene que reducir el número de ayuntamientos porque "no son viables", un proceso que solo se podría hacer de forma coercitiva, por ley, porque entraña "sacrificios" y acaba siendo "una actividad quijotesca, al final nadie te sigue". "El tema de los municipios va ligado a la representatividad electoral, si fusionas coercitivamente varios ayuntamientos solo quedaría un alcalde, y de todos los concejales que había solo quedarían los de una corporación, habría que hacer sacrificios", explica a Efe Abeal, que ha hecho un estudio sobre el caso de la fusión de Oza-Cesuras (A Coruña) y sostiene que estos procesos "funcionan".

 

Sin embargo, y a diferencia de la reestructuración iniciada en toda Europa en los años 50, ha explicado, "en España no se ha hecho nada" pese a que "necesita un ajuste" porque muchos ayuntamientos "no son viables, no tienen capacidad para proporcionar servicios, en algún caso, ni a cien personas". Si se examina la densidad poblacional de provincias como Lugo y Ourense se encuentran municipios despoblados, unas "singularidades que no tienen sentido a nivel económico", apostilla. Como una fusión "cambia la representatividad política y es una reforma tan estructural que afecta a tantas cosas" es "necesario esfuerzo y generosidad por parte de todos", continúa. Pero es complicado solucionar esta problemática porque "no hay voluntad política", dice el profesor Abeal.

 

"Las fusiones voluntarias son imposibles con partidos de otro color y la generosidad que se le pide a las personas es compleja, es como hacerse un harakiri porque habría que suprimirse a uno mismo del escenario político", señala. Por ello, este economista cree que no habrá más fusiones voluntarias a corto plazo y añade que las coercitivas son la "única manera" de impulsarlas. Además, sostiene que "había que meter en danza al binomio autonomía-diputación, que es también un tema pendiente, como lo son las transferencias", aunque "si haces municipios fuertes disminuyes el poder los órganos superiores". "Y nadie quiere renunciar al poder", ha indicado. Especializado en economía financiera y contabilidad, Abeal explica que habría que crear municipios sólidos que sirvan al principio de autonomía local y suficiencia de medios, y no tanto a partir de una barrera mínima de habitantes, es decir, no dependería de una cifra sino de la capacidad resultante del municipio. "Hay solución pero hay que sentarse y hacer una reforma integral", asevera. Y esa solución, la reducción de municipios, "tiene que partir de arriba, desde las altas instancias del Estado, por ley y con criterios idóneos para generar municipios que tengan la potencia para poder ser fuertes y ofrecer servicios bien". La otra opción, el asociacionismo en mancomunidades, ha fracasado, resume. La fusión de ambos ayuntamientos coruñeses, la primera en cuarenta años en Galicia, perfiló un nuevo municipio de unos 5.500 habitantes con una extensión de 152 kilómetros cuadrados, y en menos de un año ya había supuesto un ahorro de 25.000 euros en "gasto político" y un aumento de los ingresos por población de 118.000 euros, un 14,10 por ciento más. Aquel año, 2013, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, hizo un llamamiento a la cooperación entre municipios y auguró que "habrá más", y de hecho empezó a hablarse de la fusión entre A Coruña y Arteixo, un debate que finalizó, de momento, sin éxito. El año pasado se fusionaron también Cerdedo y Cotobade (Pontevedra), y es que Galicia cuenta con más ayuntamientos de los que se puede "permitir", según dijo el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda en 2014. El problema de las fusiones parece estar en "los alcaldes, que no se deciden", en opinión del anterior presidente de la Diputación de A Coruña durante la fusión y actual vicepresidente del Parlamento gallego, Diego Calvo, que apuesta por retomarlas. En el caso de Oza-Cesuras, asegura el profesor Abeal, la fusión voluntaria se llevó a cabo por la "voluntad férrea del alcalde en un escenario heroico y en un intento de solucionar los problemas, pero al final el conjunto no ha tirado del carro al mismo ritmo". "Lo nuevo cuesta y hay que ir poco a poco, casa por casa explicando a los vecinos lo que se consiguió, el mantenimiento de servicios y el aumento de los que ya había", dijo a Efe el alcalde de Oza-Cesuras, Pablo González Cacheiro, un año después de la fusión, que incluso fue recurrida en los tribunales.

Las fusiones municipales funcionan pero son algo "quijotesco, nadie te sigue"