viernes. 29.03.2024

El psiquiatra Recaredo Capdepon, diagnosticado de síndrome parkinsoniano hace cuatro años, asegura, tras varios meses de tratamiento en el municipio coruñés de Betanzos, que el método deportivo desarrollado por Carlos Edreira convierte esta dura enfermedad degenerativa en un mal crónico.

 

Con el Día Mundial del Párkinson a la vuelta de la esquina -se celebra el próximo martes 11 de abril-, Carlos Edreira abre las puertas de su gimnasio a EFE para mostrar los últimos avances de su técnica Ansa, una mezcla de yoga, taichi y psicología que perfecciona desde hace más de una década y cada día da mejores resultados. Este experto deportivo autodidacta con más de treinta años de trabajo trata desde hace pocos meses a Recaredo Capdepon, un psiquiatra de 67 años a quien hace tres le diagnosticaron síndrome parkinsoniano dos especialistas en la materia: José Ángel Obeso y Carlos Leiva.

 

Cuando conoció el diagnóstico pensó que iría "directo a la tumba", lo que sucede con las enfermedades degenerativas, pero ahora su visión ha cambiado, con "más agilidad, más seguridad y, sobre todo, más afán de lucha porque siento que se corta el avance de la enfermedad". Fue Carlos Leiva quien le recomendó ir a Betanzos porque el método "da resultados, que al final es lo importante", y trabaja desde finales del año pasado con Carlos Edreira a distancia desde Alicante casi todo el mes, aunque acude a su gimnasio cada vez que puede y ahí nota que el método "mejora espectacularmente a la gente", con unos síntomas que "existen, pero se mitigan". "Esto es mejor que lo que ofrecen los médicos.

 

Se complementa con el tratamiento porque hay que seguir tomando la medicación, pero lo importante es que se consigue que la enfermedad no sea degenerativa sino que sea crónica", subraya el doctor Capdepon. Este médico, con cuarenta años de experiencia, cree que sus colegas expertos en el párkinson deben ver trabajar a Edreira para comprobar sus resultados, aunque le parece difícil exportar el método por "la vocación y la fuerza mental" de su creador. Lo más importante de los avances que consigue el trabajo deportivo que se realiza en Betanzos es que lleva a la autonomía de los pacientes, que al poder caminar alargan su esperanza de vida al máximo. "Con este método, la esperanza de vida es indefinida, como el de cualquier otra persona.


La clave es poder andar, eso quita muchos problemas. Al moverse, se mueven los aparatos respiratorios. El problema es cuando una persona no se mueve y llegan las insuficiencias respiratorias o los paros cardíacos", agrega. Capdepon, que reconoce que "en esta enfermedad la fuerza psicológica es muy importante", resume el trabajo de Carlos Edreira en dos metas:

 

"Consigue que funcionen las neuronas del cerebro primitivo y que hagan las funciones de las afectadas por el párkinson y da un refuerzo físico y psicológico que hace que funcionen los mecanismos de defensa", declara. El psiquiatra nota que tanto él como los que viven su situación junto a Edreira, que son unas sesenta personas, no tienen "sensación de enfermedad" y eso hace que no se acuerden de ella, lo que les hace mejorar a pesar de que "parece que sea un milagro".

 

La clase de Capdepon es compartida con otros compañeros que están en una situación similar, como Isabel Fernández, una asturiana residente en Miño que llegó hace tres meses arrastrando una pierna y ahora es capaz de caminar sola sin problema. Antonio Braña, de A Coruña, también ha mejorado al andar, y otro coruñés, Miguel Ángel Rojo, vivió una situación mucho más complicada. "Cuando me diagnosticaron la enfermedad vi una cuesta abajo sin freno.

 

Mi mente pensaba en saber cómo lo podría soportar, no quería ser un incordio para mi familia y esperaba desaparecer antes de llegar a eso, pero ahora, aunque no estoy curado, tengo una vida llevadera, con ganas de luchar y de vivir", confiesa. El propio Edreira incide en la importancia de tener "voluntad y ganas de vivir" y pretende, aunque sin curar la enfermedad, ayudar a las personas a ser independientes porque a veces "solo el poder darse la vuelta en la cama marca la diferencia".

 

Ahora lo que busca es llegar lo más lejos posible para mandar a todos los afectados por este mal un mensaje de esperanza que resume en el lema que preside la clase: "Querer es poder, el que quiere puede, yo quiero y puedo".

Dr. Capdepon: "En Betanzos el párkinson no es degenerativo, es crónico"