El Servicio Galego de Saúde tendrá que indemnizar a A. F. R., vecino de Narón (A Coruña), tras ser condenado por el fallecimiento de su esposa en el hospital Arquitecto Marcide de Ferrol "a las pocas horas del ingreso". Así lo ha comunicado hoy la asociación El Defensor del Paciente, cuyo bufete colaborador demandó al centro sanitario. El caso data del 14 de julio del 2013, fecha en la que F. M. M. A., de 72 años de edad, accedió al recinto, pasadas las 13:30 horas, con "dolor abdominal tipo cólico, vómitos y diarrea de varios días de evolución".
La entidad ha reseñado que un trabajador del 061 también indicó al atenderla que presentaba "hipertensión, diabetes mellitus y bradicardias"; además, se observó que estaba "muy afectada y con palidez cutánea". Tras recibir el alta en Urgencias en torno a las 15:35 horas, fue trasladada al servicio de Cirugía, "pautando calmantes para el dolor y ordenando realizar pruebas de imagen".
Concretamente, se le realizó "una radiografía de torso a las 16:11 horas y una de abdomen a las 16:12 horas", siendo ingresada más tarde en una planta del hospital. Sin embargo, las pruebas "devolvieron un resultado no concluyente sobre la causa de la sintomatología presentada". Transcurridas "dos horas y media" desde que se pautó el tratamiento, se alertó a una médico a las 23:20 horas de que se hallaba "en situación de parada cardiorrespiratoria; mientras se realizaba un electrocardiograma, se constató que presentaba bradicardia extrema". Según la asociación, "la paciente no respondió a las maniobras de reanimación y falleció a las 23:30 horas".
Posteriormente, se confirmó que "existía neutrofilia, leucocitosis y datos de fallo cardíaco que fueron obviados; tras la muerte, además, se solicitó control de enzimas cardíacos con la sangre extraída, que confirmaron lesión". "El juzgado condena a indemnizar al cónyuge por tratarse no de mala praxis médica, sino de pérdida de oportunidad terapéutica", ha estimado.
Para El Defensor del Paciente, que se remite a la tesis del perito judicial, "si se hubiesen adoptado medidas oportunas tras la práctica de esa prueba, podría estar hoy viva". Sobre la indemnización, cuyo importe no detalla, ha subrayado que la sentencia "satisface en parte y devuelve la dignidad a la familia". A su entender, el dinero no es lo que les movió a reclamar; si bien se trata de una suma razonable, lo que se pretende es que se reconozca la mala praxis médica". El fallo, de hecho, "no es firme" y ha sido recurrido por la propia familia "por entender que la mala praxis existió, tal y como señala el perito judicial, y no fue únicamente una pérdida de oportunidad terapéutica", ha relatado.
