viernes. 29.03.2024

Un año más, y con este ya van 21, los habitantes de Vilagarcía de Arousa han decidido despedir el año y recibir al nuevo con doce horas de anticipación, coreando a mediodía las campanadas y comiendo doce uvas. Así, una multitud se ha congregado para festejar anticipadamente la llegada de 2020 con cerveza, cava o un espumuso de Albariño, abarrotando la céntrica plaza de Ravella. Algunos de los miles de participantes se han aplicado con tanto entusiasmo que difícilmente podrán llegar al verdadero fin de año, si es que llegan, en el perfecto estado de revista.

 

Esta celebración, conocida también como la Festa das Uvas, ha conseguido revestirse de la suficiente solera para estar ya considerada en esta localidad de la comarca de O Salnés como una tradición que reúne a miles de personas de los alrededores, que una vez más han saturado las céntricas calles. Este año el Ayuntamiento ha repartido raciones de doce unidades de uvas de un total de 400 kilogramos proporcionados, además de vasos de material reciclable para un centenar y medio de botellas de espumoso y más de cuatrocientas de cava suministrado a los participantes, procedentes de varios lugares de Galicia y de otros puntos de España, además de veinte kilos de gominolas para niños.

 

Al compás de las doce campanadas del mediodía, los vilagarcianos han comido doce uvas para burlar simbólicamente la lógica del tiempo y celebrar anticipadamente ese cambio de año, como si estuvieran en las antípodas. Tras la última campanada, una lluvia de confeti disparada con cañones inundó la plaza para dar la bienvenida a 2020 y después la banda musical Broken Peach inició el espectáculo en un escenario que pretende prolongar la celebración durante la jornada hasta más allá de la medianoche.

 

La Festa das Uvas, que se celebra cada año desde 1998 con la sola interrupción de 2003 por la catástrofe del petrolero 'Prestige' en las costas gallegas, ha ido arraigando de tal manera en Vilagarcía que ha sido replicada en otras poblaciones. Así, miles de personas celebraron doce horas antes que los vilagarcianos en las localidades pontevedresas de Mos y Porriño su particular fiesta de fin de año anticipada, también con uvas, espectáculos musicales y mucho cava.

Vilagarcía vuelve a comerse las uvas a mediodía, anticipándose doce horas