Las siete 'turboglorietas' -en breve se instalará la octava entre García Barbón y Rosalía de Castro- habilitadas en Vigo han experimentado una reducción media de la siniestralidad de un 55 por ciento. Las llamadas 'turboglorietas' o 'turborrotondas' consisten en la supresión de líneas discontinuas, con lo que el carril elegido predetermina la dirección de los vehículos, de modo que quien circule por el exterior no podrá realizar un cambio de sentido.
Los mayores descensos de siniestralidad se han producido en las rotondas de Castrelos con Portanet (-76 %), Baleares con Gran Vía (-73 %) y la Avenida de Castelao, donde está instalado el Alfageme (-71 %). También ha habido una caída de los accidentes registrados en las rotondas de Samil con avenida de Europa (-67 %), avenida de Europa con la VG-20 (-41,5 %) y Jenaro de la Fuente (-30 %).
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha realzado este rediseño de las rotondas, que aporta seguridad y también facilita la elección del carril por el que circular en las mismas. Caballero ha indicado que se está analizando la posible implantación de una nueva 'turboglorieta' en la plaza del Bicentenario, en la calle de Venezuela