jueves. 28.03.2024

Ninguno de los peritos y médicos forenses que han prestado declaración, en la sexta sesión oral del juicio por un delito de homicidio que se le imputa a un hombre de Cedeira (partido judicial de Ortigueira), han afirmado que el atropello, que se saldó con la vida de un hombre, haya podido ser "intencionado". En este sentido, la vista de hoy ha resultado crucial para dejar claro que podría haberse tratado de un accidente, teniendo en cuenta, además, que la acusación por homicidio se basa en la mala relación que víctima y acusado tenían desde años antes de que se produjeran los hechos, en agosto de 2012, y no en pruebas objetivas sobre el siniestro.

 

Los dos últimos peritos -ingenieros industriales y especialistas en reconstrucciones de accidentes de tráfico- ha presentado los informes que han realizado valiéndose de "los datos técnicos que figuran en los atestados", tanto de la Policía Local como de la Guardia Civil y la documentación forense y puntualizando que el de la Benemérita parte de una hipótesis falsa. En esta línea, el perito ha destacado que lo que mantiene el documento de la Guardia Civil sobre que "si un coche golpea a un cuerpo éste va a seguir la trayectoria que llevaba el vehículo" en cualquiera de las circunstancias es empíricamente falsa.

 

"No veo ningún elemento que sugiera una intencionalidad en el atropello", ha insistido uno de los dos especialistas que, según han destacado en su presentación, cuentan con varios programas informáticos más precisos de los que dispone la Benemérita y que en ocasiones son ellos los encargados de instruir o ayudar a los agentes de tráfico a la hora de reconstruir siniestros por petición propia.

 

Las preguntas de la Fiscalía, la defensa y la acusación se han basado, a lo largo de todas las sesiones, en las incongruencias entre los informes elaborados por la Policía Local y la Guardia Civil, en los que según la opinión de la Benemérita se trató de un atropello intencionado -conclusión derivada de las más de 80 denuncias que uno presentó contra el otro- mientras que los primeros establecen que se pudo tratar de un accidente.

 

Sin embargo, este último documento presentado a petición de la defensa se ha basado exclusivamente en evidencias físicas y establece que el conductor sí frenó, por las marcas en la calzada -que no son de color negro porque se trataba de un vehículo con ABS, según el especialista-, y que por el lugar en el que cayeron los cristales del foco derecho delantero, el atropello tuvo que producirse en la calzada y no en el arcén -cerca de la acera-. La jornada ha estado más enfocada, por parte de la Fiscalía y la acusación particular, a intentar dejar la posibilidad de la intencionalidad abierta más que en demostrarla, algo que solo se puede deducir del hecho de la enemistad entre el procesado y la víctima.

 

También ha prestado declaración esta mañana un neurólogo con más de 25 años de experiencia que ha refutado el argumento de la defensa de que el encausado podría haber visto mermada su capacidad de reacción por la abundante medicación que tomaba -y sigue tomando- por un cuadro depresivo grave. Asimismo, ha puntualizado que no solo la medicación en sí puede alterar la percepción del conductor, sino que la propia depresión en sí "disminuye el efecto y capacidad de reacción". El papel del jurado popular, formado por 11 personas de diferente sexo y edad, ha sido activo con la realización de numerosas preguntas enfocadas a determinar si el sexagenario es "culpable" o "no culpable", tras un juicio en el que la tensión ha sido evidente en todas las sesiones.

 

Está previsto que mañana las partes lean sus conclusiones finales y se pueda saber si el Ministerio Fiscal mantiene su petición de 21 años de prisión -por homicidio y obstrucción a la justicia- o si la cambia en base a las pruebas aportadas a lo largo del juicio. Por su parte, la acusación particular, llevada a cabo por José Luis Gutiérrez Aranguren, reclama 24 años de cárcel e indemnizaciones económicas para la viuda y los hijos del finado.

Los peritos coinciden en que no hay prueba objetiva de atropello intencionado