martes. 19.03.2024

Tres años se cumplirán mañana 22 de agosto de 2019 de la muerte violenta de Diana Quer, un crimen por el que el próximo otoño se sentará en el banquillo el único sospechoso, José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, para el que la familia de la víctima solicita prisión permanente revisable.

 

El 29 de octubre será el día en el que este hombre, padre de una niña, vuelva a ocupar el banquillo de la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, esta vez por el secuestro y muerte violenta de la joven madrileña de 18 años, pero este mismo lugar ya lo visitó el pasado abril por el intento de rapto el 25 de diciembre de 2017 de una mujer, que salió con vida, en Boiro (A Coruña), un suceso que contribuyó decisivamente a su arresto por ambas causas.

 

Las sesiones del caso Quer se prolongarán como máximo hasta el 12 de noviembre, tal y como consta explícitamente en la resolución divulgada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia y, como actuará la figura del jurado popular, pues el primer paso será seleccionar a las doce personas que habrán de integrar este cuerpo colegiado y emitir un veredicto.

 

Abuín Gey, interno en la cárcel de Mansilla de las Mulas, en León, deberá responder ante la Justicia por la presunta comisión de los delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento, detención ilegal y agresión sexual, clave este último para la pretensión del Ministerio Fiscal y la mencionada de la acusación particular, pues solicitan para el procesado la pena de prisión permanente revisable. Diana Quer salió el 22 de agosto de 2016 a una fiesta en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), donde veraneaba con su madre Diana y su hermana menor Valeria, romería de la que nunca regresó. Su cadáver se encontró en el pozo de una antigua fábrica de gaseosas el 31 de diciembre de 2017.

 

Al Chicle se le enjuiciará por supuestamente haber abordado a la adolescente de madrugada cuando ella se dirigía a la casa en la que se alojaba por el Paseo Areal. También por introducirla valiéndose de la fuerza en el maletero de su vehículo, para acto seguido sujetarla con unas bridas, amordazarla con cinta adhesiva y arrojar su móvil al sobrepasar el puente sobre la ría a la altura del lugar de Taragoña.

 

Igualmente habrá de pronunciarse acerca del resto de su modo de proceder, puesto que las pesquisas apuntan a que tras llegar a una nave industrial abandonada situada en el lugar de Asados, en Rianxo, muy cerca de la vivienda que habitan los padres de Abuín Gey, pues este varón, con la muchacha atada, sometida y aterrorizada, la habría violado. Ya con posterioridad, con el objeto de ocultar tales hechos, la habría estrangulado y arrojado el cuerpo a un pozo lleno de agua para, pasados unos días, lastrarlo con unos bloques a fin de que no emergiese. Una vez se vio capturado, condujo él mismo a la comitiva a este lugar, hecho a la postre indispensable para dar con el cadáver.

 

El empresario Juan Carlos Quer, padre de Diana, ha escrito en un comunicado remitido a la prensa con motivo de este triste nuevo aniversario que su hija era "para este psicópata solo un objeto de placer, de usar y tirar" y lamenta además en esa misma nota que su supuesto verdugo se refiera a ella como "la chica de Madrid". "Este es el grado de afectación y arrepentimiento que muestra este ser inhumano tras arrebatar la vida a una niña inocente. 'La chica de Madrid' no era un objeto, era una persona, una mujer joven que apenas contaba 18 años y que amaba la vida. Se llamaba Diana Quer", espeta.

Tres años del crimen de Diana Quer, que se enjuiciará en otoño