martes. 19.03.2024

Tanto el equipo forense que realizó la autopsia de Diana Quer, coordinado por Fernando Serrulla, una eminencia en el análisis de huesos, como el grupo encargado de revisar ese trabajo a petición de la familia de la víctima liderado por el experto José Blanco Pampín coinciden en que José Enrique Abuín mató a la joven con una brida y no con sus manos.

 

Fernando Serrulla ha desechado en la octava sesión de la vista oral que acoge la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña un homicidio de carácter involuntario pues una persona tarda entre 20 y 30 segundos en perder la consciencia, el tiempo que el encausado dijo que había apretado, pero "para morir necesita varios minutos de compresión, mínimo cinco". Y aparte, ha observado Serrulla, "es muy complejo, muy difícil, romper accidentalmente un hioides (un hueso muy flexible que Diana tenía roto).

 

Para romperlo hay que ejercer una presión en esa zona", y de delante hacia atrás. En cambio el Chicle relató que la compresión suya había sido lateral, no de anterior a posterior. Por ello ha visto claro el uso de una brida que "puede matar a una vaca" y Pampín se ha pronunciado en el mismo sentido que él. Así las cosas, ha calificado Pampín de totalmente imposible que el Chicle emplease sus dedos en el estrangulamiento.

 

"Es inverosímil", ha espetado, para a continuación mostrarse favorable a que Abuín Gey haya recurrido al mencionado amarre, una cinta que por sus características y dimensiones es "un mecanismo mortal". No obstante, ambos han diferido en la existencia o no de un golpe previo con un objeto contundente, robusto, pues si bien Pampín cree que sí ha ocurrido, Serrulla no ve que tal hecho se haya producido. De todos modos, ambos han mostrado su mayor discordancia en un punto que es de suma importancia en el caso, demostrar la existencia de una violación.

 

Pampín, jefe del servicio de Patología del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), ha sorprendido a la sala cuando comentó que Diana Quer tenía un "edema importante" en los labios mayores de su vagina y que no lo había incluido en su análisis, el que hizo en base al material gráfico y a un informe de preguntas, porque entre esas cuestiones que a él le fueron entregadas el Ministerio Fiscal únicamente se interesaba por las lesiones externas o de continuidad.

 

El presidente del tribunal, Ángel Pantín, ha mostrado su extrañeza por el hecho de que esa distensión de la vulva no conste y Pampín le contestó que no era su intención "ocultar nada" y que simplemente había atendido la cuestión formulada. Pero Pantín le ha afeado que no haya advertido antes de ello y le ha dejado extenderse en la explicación. Se trata, ha destacado Pampín, de una hinchazón, un fenómeno vascular "vital, no postmortem" que, ha atestiguado, revela "maniobras repetidas con cierta violencia" que estarían relacionadas, bajo su criterio, con tal agresión sexual.

 

Serrulla ha dicho exactamente lo contrario, que es "postmortem" y que la inflamación, la densidad, "es común en todo el cuerpo" de Diana, solo que "la zona genital está aparentemente más hinchada porque es un tejido laxo y se llena más de agua". "El cuerpo estaba relativamente distendido entero, especialmente de cintura para abajo" y los propios huesos "rezumaban agua antes de empezar a trabajar con ellos", ha detallado Serrulla.

 

Las diferencias han vuelto a manifestarse entre los dos porque Pampín ha usado el Teorema de Bayes, un método estadístico matemático nunca antes utilizado en la historia judicial de España, para el cálculo, en base a unas variables, de la probabilidad de ese abuso, con un resultado del 99,99 por ciento.

 

Sea como fuere, Serrulla ha replicado que ninguna sociedad forense autoriza recurrir a tal fórmula en el ámbito judicial. Alberto Fernández, colaborador de Serrulla, ha terciado para observar que "razonablemente, con mucho" todos tienen claro ese fin sexual, -"a mí no me cabe ninguna duda"-, pero una cuestión es ese móvil y otra si llegó a hacerlo, "es decir, si lo hizo quince veces" o si acaso "no consiguió la excitación necesaria". Y el estudio estadístico, ha agregado, "tampoco demuestra qué pasó allí exactamente" en alusión a la nave de Asados.

 

Serrulla y Pampín han vuelto a concordar en que por haber estado Diana en el silo de esa antigua fábrica de gaseosas 496 días, pues encontrar ADN, vestigios biológicos, sería "un milagro". Demostrar que el único procesado en este caso, José Enrique Abuín Gey, el Chicle, violó a Diana Quer es para las acusaciones, particular y Ministerio Fiscal, algo fundamental, porque de ello puede depender que la condena sea la de prisión permanente revisable. La defensa mantiene la baza de la inexistencia de vestigios biológicos que acrediten este abuso.

Los forenses coinciden: el Chicle mató a Diana con la brida, no con sus manos