Un hombre acusado de maltratar de forma reiterada a su expareja, así como de retenerla junto al novio de esta, a su hijo menor de edad y a otra persona contra su voluntad, amenazándoles y apuntándoles con una escopeta de aire comprimido aceptó hoy una pena de casi trece años de cárcel.
El acusado reconoció las agresiones y amenazas en la vista oral del juicio celebrado en la Audiencia provincial de Lugo en el que la Fiscalía pedía una condena de 22 años de prisión, prohibición de tenencia de armas y alejamiento de la víctima. El acuerdo alcanzado establece que deberá, además, indemnizar a la víctima con 25.000 euros, así como someterse a libertad vigilada cuando salga de cárcel y a no acercarse su expareja durante un periodo de más de veinte años.
El hombre retuvo a las cuatro personas bajo amenazas durante casi una hora en el domicilio de su expareja, después de la separación de ambos en 2015, y tras al menos un episodio de violencia en el que el comenzó a acosar a la mujer pidiéndole que volviera con él y amenazándola con suicidarse.
En febrero de 2016 el hombre irrumpió en el domicilio de su expareja y cuando la mujer entró, acompañada por su hijo, le dijo que iba a arreglar sus asuntos "por las buenas o por las malas". Según la Fiscalía, el hombre la sujetó por el cuello, la tiró en el sofá, se puso encima de ella y la agredió golpeándole varias veces en la cabeza, mientras el niño lloraba junto a su madre.
En un momento determinado, salió del salón de la vivienda y regresó con una escopeta de aire comprimido y la amenazó de muerte. Cuando el novio de la mujer y otra persona llegaron a la casa, también les apuntó con la escopeta y exhibió un cuchillo de cocina, y los retuvo hasta la llegada de agentes de la Policía.
El abogado de la defensa, Óscar Núñez-Torrón, explicó que la extensión de la condena "no puede ser más del triple de la pena más grande" y añadió que, teniendo en cuenta que la pena más grave es de dos años y seis meses por cada uno de los delitos de detención ilegal, el acuerdo permitirá al hombre estar recluido a lo sumo siete años y medio. El compromiso con la Fiscalía establece una pena de veintiún meses de cárcel por maltrato habitual, un año de reclusión por cada uno de los delitos de lesiones y dos años y medio de prisión por cada uno de los delitos de detención ilegal.
