viernes. 29.03.2024

La familia de Isabel Fuentes no tiene dudas de que el esposo la mató

La abogada de la familia de la mujer asesinada en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) el 8 de mayo de 2015, Isabel Fuentes (66 años), presuntamente a manos de su marido, Aniceto Rodríguez cuando se estaba recuperando de una agresión anterior en su casa, ha asegurado hoy que no le cabe "ninguna duda" de que el arma hallada en la habitación, donde apareció muerta la mujer, es la que se utilizó en el crimen y que Aniceto Rodríguez es el autor de la muerte de su esposa.

La abogada de la familia de la mujer asesinada en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) el 8 de mayo de 2015, Isabel Fuentes (66 años), presuntamente a manos de su marido, Aniceto Rodríguez cuando se estaba recuperando de una agresión anterior en su casa, ha asegurado hoy que no le cabe "ninguna duda" de que el arma hallada en la habitación, donde apareció muerta la mujer, es la que se utilizó en el crimen y que Aniceto Rodríguez es el autor de la muerte de su esposa.

 

"Es el arma con la que se agrede a Isabel Fuentes en la segunda ocasión, hay unas pruebas de ADN que se practicarán en los próximos días respecto de la sangre del cuchillo", ha aseverado la letrada que ejerce la acusación particular, Beatriz Seijo, a la salida del edificio judicial, ante las dudas suscitadas durante el segundo día de juicio.

 

La segunda jornada -de las cuatro que ha reservado la Audiencia Provincial para este caso-, que se ha centrado en el episodio del 8 de mayo, cuando la mujer murió mientras estaba recuperándose de un fuerte traumatismo craneoencefálico, ha arrojado hoy numerosas incógnitas respecto a quién fue la persona que cogió el cuchillo hallado debajo de la cama, con el que presuntamente Aniceto Rodríguez mató a su esposa, y cómo se realizó la cadena de custodia. Ninguna de las enfermeras que estaban de servicio esa noche ni los agentes policiales que actuaron ese día han podido clarificar quién recogió el cuchillo.

 

En sus testimonios, la enfermera que estaba realizando el turno ese día ha relatado que, al llegar a la habitación, sobre las 6:30 horas para cambiarle la medicación, vio "una gran mancha de sangre" en el suelo y a Isabel Fuentes encima de la cama, "con todo el estómago acuchillado" y el camisón "parcialmente levantado", relato que fue refrendado por las otras compañeras. Además, el acusado Aniceto Rodríguez se encontraba al lado de la cama tras autolesionarse. "No se movía pero respiraba".

 

En la cama, fue hallada una nota manuscrita. A preguntas de la defensa, las enfermeras no han podido concretar quién recogió el arma, un cuchillo con una hoja de unos 25 centímetros de largo y con mango amarillo. Sobre este particular, los agentes que examinaron el lugar y recogieron muestras, han asegurado que no estaba debajo de la cama y que se lo entregaron las enfermeras en "una bolsa de plástico negro", que contenía el resto de pruebas-entre ellas una nota manuscrita - y muestras de ADN. En todo caso, han aclarado que se siguió el procedimiento habitual y que el cuchillo se llevó directamente a la comisaría. A este respecto, Seijo ha insistido a la salida del edificio judicial de que la cadena de custodia fue "perfectamente preservada".

 

"No creo que se pueda cuestionar ni que es el arma ni que ha sido conservada adecuadamente para su estudio posterior en la causa", ha reivindicado la letrada, quien confía en que en los próximos días se pueda "cerrar la cuadratura del relato" y se pueda "confirmar" definitivamente que fue el arma empleada y que Aniceto es "culpable". Por otra parte, las enfermeras han comentado, además, que no vieron nada raro en el acusado, los días anteriores a la muerte de su esposa y que su comportamiento había sido el de una persona "amable" y "cariñosa".

 

De hecho, una de ellas ha afirmado que "cuatro o cinco días antes" al trágico episodio el acusado "se echó a llorar" diciendo que "su mujer iba a morir" y que "no podía vivir sin ella". Durante la sesión, han relatado un incidente anterior cuando la víctima ya había sido trasladada a planta. A preguntas de la acusación particular, ha señalado que le llamó la atención, al ir a hacerle unas curas, que tenía "la cánula traqueal" salida, aunque "no le dio importancia". Otra profesional ha asegurado asimismo que la mujer había experimentado una gran mejoría en los últimos días y que incluso "respondía a veces" a preguntas sencillas cerrando los ojos. Por su parte, la doctora que atendió a Isabel Fuentes en el domicilio conyugal, en la primera agresión ocurrida un mes antes, ha declarado que el marido "en ningún momento" estuvo en el domicilio, en la primera agresión, y que fue la vecina quien le ayudó a atenderla.

 

El juicio continuará mañana con la práctica de pruebas médicas y el testimonio de una prima propuesta por la familia, quien vivió "en primera persona" lo ocurrido y que hablará de la afectación de la familia "porque hay un daño real que hay que acreditar de forma jurídica", ha apuntado Seijo. Por los hechos, fiscalía y acusación particular piden penas de 39 y 49 años de prisión por dos delitos, un homicidio en grado de tentativa y otro consumado, pena que la defensa rebaja a siete años por lesiones (en vez de homicidio en grado de tentativa) y homicidio consumado, con atenuante de trastorno mental.

La familia de Isabel Fuentes no tiene dudas de que el esposo la mató