jueves. 28.03.2024

La Audiencia Provincial de Ourense ha acordado absolver al acusado, José Moure, cuya actividad empresarial aparece vinculada a la gestión de seguros, de un delito de estafa, por supuestamente engañar a un empresario asentado en Vimianzo (A Coruña), por estar los hechos prescritos. La supuesta estafa se produjo en la compra de acciones, en la que la sección entiende que no se aprecia "engaño suficiente" que le haya llevado a adquirir. Además, declara "exentos de responsabilidad civil" a las entidades Agrícolas Don Pepe S.L. y Mediadores Gallegos asociados, correduría de seguros S.A.

 

En la resolución facilitada por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), los magistrados concluyen que "no resulta apreciable" la específica agravación de tal forma que el delito de estafa estaría "prescrito desde el día 13 de septiembre del 2011, con anterioridad por tanto a la presentación de la querella que da origen a este procedimiento" al no quedar acreditada la posible relación de confianza entre ellos que A mayores, abunda en que "a la luz de la prueba practicada ni siquiera se puede apreciar un engaño suficiente que haya llevado al querellante a adquirir las acciones sociales", abunda el fallo, que no es firme, y contra el que cabe recurso de casación.

 

En concreto, un particular le reclamaba al acusado la cantidad de 41.500 euros, aparte de solicitar tres años de prisión y nueve meses de multa a razón de quince euros diarios, es decir, algo más de 4.000 euros, por un supuesto delito de estafa "agravada" mientras que la Fiscalía solicitaba por su parte el sobreseimiento de la causa. Los hechos se enmarcan en 2008, cuando el querellante J.A.F.T., economista y titular de empresas agropecuarias, de asesoría y de seguros, adquirió, a fin de ampliar mercado, 60.000 acciones de Agrícolas Don Pepe, que esta ostentaba en la entidad Megasa y cuyo acuerdo que se formalizó mediante escritura pública otorgada el 12 de septiembre del 2008.

 

Sin embargo, según la acusación, la firma estaba en quiebra atribuyendo a Moure Cibeira un "afán defraudatorio" en su proceder, amparándose en la "credibilidad empresarial y profesional" del orensano, quien exhibió supuestas amistades con políticos y jueces, con citas expresas y nominales a exmagistrados de la propia Audiencia.

 

La acusación no interpuso querella hasta 21 de marzo del 2012 por un delito de estafa "agravada" al entender que hubo un "abuso de las relaciones personales existentes entre víctima y defraudador". A este respecto, la sala ha señalado que de lo único que se puede hablar en este caso es de un "quebrantamiento de una confianza genérica", derivada "de las relaciones expuestas entre dos empresarios de un mismo ramo", fruto de su relación laboral "sin que pueda deducirse que el acusado, ostentase en la contratación una situación de mayor confianza o de mayor credibilidad".

 

"De lo expuesto solo se deduce que la relación que mediaba era la propia entre dos profesionales del ramo de seguros y que en tal concepto concertaron la trasmisión de una parte de las acciones a cambio de un precio, negocio que a la postre resultaría frustrado", recoge el fallo. Además, señala que el empresario afectado no era "un profano" en la materia, dada la condición de economista a la hora de acceder al registro mercantil y ha considerado los hechos prescritos motivo por el que ha dictaminado su absolución.

Absuelto un empresario de estafa en la venta de participaciones por prescripción