jueves. 28.03.2024

Marcos Vidal González, el hombre que mató a puñaladas en Ponte Caldelas (Pontevedra) al marido de una mujer con la que había mantenido una relación sentimental, ha reconocido su culpabilidad en el juicio que ha comenzado este lunes en la Audiencia de Pontevedra. "Me declaro culpable y siempre me declararé culpable", ha señalado el acusado ante el tribunal con jurado que juzga este crimen cometido en noviembre de 2015, añadiendo que "yo lo que quiero es cumplir mi condena tranquilo".

 

En su intervención, Marcos Vidal ha señalado, en referencia al jurado, que "no quiero que esa gente tenga piedad de mí", ya que ha afirmado que "si yo perdiera a un hijo pediría que encarcelaran a esa persona o que la fusilasen". "Todo lo que se pueda armar para tratar otros términos es tontería", ha añadido, aunque ha lamentado que "dicen que si me ensañé o si no quise acudir" cuando, según ha explicado, "fui yo quien llamé a Sandra (la esposa del fallecido) ese día" para contarle lo sucedido.

 

El acusado, que llegó esposado a la Audiencia de Pontevedra poco antes de las diez de la mañana, no trató de esconderse de los medios gráficos y, así las cosas, ha asistido a la primera jornada de esta vista con aparente semblante de tranquilidad. La Fiscalía le atribuye un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y solicita una pena de 20 años de prisión, que la acusación particular que representa a los padres de la víctima eleva a 25, y ocho de libertad vigilada.

 

Además, reclama que Marcos Vidal, que está en prisión provisional desde que se entregó tras cometer el crimen, no pueda acercarse a la viuda durante 25 años y que indemnice con 90.000 euros a la misma y con 40.000 a cada uno de los padres de la víctima. El abogado defensor, Diego Reboredo, indicó este lunes a la puerta de la Audiencia que niega que su cliente se hubiese ensañado con la víctima, que haya causado un sufrimiento innecesario y también la alevosía. Solicita, en cambio, que se le aplique al acusado la circunstancia atenuante de confesión que reconoce la Fiscalía, otra de "arrebato, obcecación o estado pasional" y una tercera de dilaciones indebidas por un "retraso injustificado" en la instrucción de un crimen cometido hace casi cuatro años.

 

El crimen se produjo el 28 de noviembre de 2015 cuando el acusado, que un año antes había tenido una breve relación con la mujer de la víctima durante un período de separación de la pareja, acudió a Ponte Caldelas para comprobar si el matrimonio había vuelto a convivir. Marcos Vidal accedió al edificio aprovechando que salía uno de los vecinos y se encontró con la víctima, Manuel Rivas, que, en ese momento, abandonaba su domicilio y le preguntó si vivía de nuevo con su esposa.

 

El acusado obligó a la víctima entrar de nuevo en la vivienda y después de comprobar que efectivamente la pareja había retomado su relación entabló con él un forcejeo y lo tiró al suelo en donde, tras sujetarlo por el hombre, le asestó hasta quince puñaladas con una navaja. Aún con Manuel consciente, el acusado hizo una llamada de teléfono a la mujer desde el móvil de la víctima, a la que relató que le había acuchillado y, según el relato del fiscal, le pidió que escuchase cómo agonizaba.

 

A continuación hizo una fotografía a Manuel Rivas, que yacía en el suelo cubierto de sangre y aún con vida, y se la envió a su esposa y le propinó una última puñalada en la espalda, lo levantó del suelo y lo dejó tendido sobre la cama. Tras cometer el crimen, Marcos Vidal volvió a su casa, se cambió de ropa y avisó a su hermano para que lo llevase de nuevo hasta Ponte Caldelas, desde donde llamó al 112 para relatar lo que acababa de hacer y entregarse, junto con la navaja, a la Guardia Civil.

El autor del crimen de Ponte Caldelas se declara culpable y pide cero piedad