sábado. 20.04.2024

El matrimonio formado por Antonio y Roberto, casados el 28 de mayo de 2011, hace una encendida defensa del respeto a toda condición sexual y, tras la agresión de la que fueron víctimas, han decidido "desconectar" por la ansiedad generada y no hablar por ahora con la prensa, como habían previsto.

 

Roberto, el marido de Antonio, agredido física y verbalmente en un supermercado de la capital gallega, ha comunicado esta decisión que han adoptado y ha explicado que las causas son la "ansiedad" y la "presión" que generó la situación vivida a la pareja residente en la capital gallega.

 

"Hemos decidido desconectar dos días por nuestras salud", ha subrayado a Efe Roberto, que se disculpa por ello y se muestra muy agradecido con la respuesta de la sociedad, que ha inundado su cuenta de Facebook con mensajes de apoyo, la misma red social que él ha elegido para mostrar su agradecimiento con un "gracias a tod@s por vuestro apoyo a mi familia y a las familias como la mía".

 

"Realmente estoy orgulloso y emocionado, pero estas redes son solamente nuestra realidad. Son únicamente una parte de esa realidad que construimos con referentes comunes, pero hay otras a nuestro alrededor" expresa en su muro. Así, a través del mismo medio, ha pedido concienciar a "la parte de la sociedad que nos agrede y a la que no llegamos porque no compartimos los mismos referentes ni los decodificamos igualmente".

 

Habla de aquellas personas que no tienen "nuestros mismos modelos", ni han "(de)construido su propia identidad, como todos nosotros hemos hecho con el feminismo, la revolución LGTBI, la teoría de género", y dice que "esos otros modelos son los que deberían preocuparnos para poder recluir lo sucedido en el plano de la anécdota".

 

Se refiere así a "esa parte de la sociedad a la que no llegamos, no interesamos, e incluso ni nos entiende, ni le preocupamos, ni (nos) considera", y subraya que "estos hechos no sucederían si sus propios referentes se involucrasen en aportar modelos y, mientras eso no ocurra, la lucha está perdida".

 

De la misma forma hace referencia a los medios de comunicación que "reproducen modelos machistas que nosotros no vemos, discursos que nosotros no escuchamos porque no son para nosotros ni nos interesan" y menciona una brecha cultural "cada vez mayor" en la sociedad del siglo XXI. "¿Alguien se puede creer que no tengamos ningún presidente maricón?", escribe para referirse al mismo término con el que fueron identificados durante este ataque, y añade:

 

"¿Que no tengamos futbolistas maricones?", para apostillar: "Claro que hay responsables, pero no somos nosotros. Nosotros hemos hecho la revolución. Ahora les toca a ellos. Y mientras esto no suceda, habrá agresiones homófobas, mujeres asesinadas por su pareja, marionetas terroristas y todo lo que estamos viviendo en estos últimos años".

 

Su pareja, Antonio, el hombre que fue agredido y cursó, junto a Roberto, la denuncia por un delito de violencia contra la libertad sexual, señala que se encuentra "bastante afectado" por magulladuras y lesiones en el rostro, pero sin embargo avanza que no va a ser el físico el dolor que perdurará en el tiempo. "El daño físico cicatrizará, pero el daño emocional tardará en desaparecer", describe, y, al igual que su pareja, da las gracias en Facebook a todos los que se han implicado y han repudiado lo que les ha acontecido.

 

Los hechos que afectaron a este matrimonio residente en Santiago, recogidos en la comisaría de la Policía Nacional en Compostela, han sido puestos en conocimiento del juzgado de guardia, han informado fuentes de la investigación, y han indicado que en base al relato de los hechos todo empezó cuando Antonio J. R. acudió a un supermercado para hacer unas compras y llevó a su perro.

 

Como otras veces, quiso dejar al animal amarrado fuera, pero había otro can que podía morder al suyo, y por tal motivo entró para preguntar quién era el dueño, recibiendo, por parte de un hombre y de manera súbita, el insulto de "maricón" y, por otro que acompañaba a éste y supuestamente se abalanzó sobre él, unos duros puñetazos.

 

A consecuencia de los golpes, sangró y escuchó decir "sidoso de mierda, espero que no me contagies nada", formándose un gran revuelo en el establecimiento, tras el que se sucedieron los avisos, tanto a los agentes como a la pareja del agredido, Roberto, que acudió allí y fue él igualmente, en base a lo que consta en el informe policial, víctima de ultrajes.

 

Este matrimonio se dirigió al Complejo Hospitalario Universitario (CHUS) donde Antonio fue atendido de sus heridas, que llegaron a la cara y en concreto a su boca, y, al parecer, los dos hombres que en el supermercado habían tenido esta actitud con ellos, los siguieron hasta el centro médico y se repitieron allí las ofensas, tal y como figura en la denuncia hecha. En Compostela, Ultreia ha convocado para mañana una concentración en la plaza del Obradoiro a las doce del mediodía.

La pareja atacada sufre de ansiedad y pide respeto