martes. 16.04.2024

El jefe de la unidad de seguridad de la Agencia ferroviaria europea, Christopher Carr, asegura que los ingenieros españoles conocían el riesgo de descarrilamiento en la curva donde se produjo el accidente de tren en 2013 en Santiago de Compostela, pero los investigadores atribuyeron la responsabilidad al conductor.

 

Así lo pone de manifiesto Carr en un mensaje de correo electrónico, de cuyo contenido ha obtenido hoy Efe una copia, dirigido a la asociación de víctimas del accidente, en el que murieron 80 pasajeros y resultaron heridos otro centenar y medio. Carr afirma que "el riesgo de descarrilamiento durante la marcha y específicamente en curvas ha sido conocido por los ingenieros ferroviarios desde que se construyeron los ferrocarriles por primera vez, ya que tienen el riesgo de no controlar la velocidad".

 

Añade que ese riego "fue identificado tal y como se resalta en el informe de Ciaf -siglas de al Comisión española de investigación de accidentes ferroviarios- porque la documentación cierra la cuestión registrando el 'riesgo exportado al conductor'". Apunta que la curva de A Grandeira, en el barrio de Angrois, en el que un tren Alvia procedente de Madrid con destino a Ferrol descarriló el 24 de julio de 2013, estaba considerada por el personal como "particularmente difícil", pero indica que "esta información pareció no tener efecto, según el informe de investigación de Ciaf".

 

El juzgado que investiga las causas determinó en febrero de 2014 que la firma estatal Adif, encargada de gestionar las infraestructuras ferroviarias, puso en riesgo la vida de los usuarios de la línea por "fines lucrativos" al "eliminar el sistema ERTMS" que conlleva un método automático de frenado al superar el límite de velocidad, y puso en su lugar el ASFA, menos efectivo.

 

El tren Alvia, que efectuaba el recorrido entre Madrid y Ferrol con más de doscientos pasajeros a bordo, descarriló a la entrada de Santiago de Compostela cuando circulaba a 190 kilómetros por hora por esa curva en que estaba limitada la velocidad a 80 kilómetros por hora. Hasta el momento solo el maquinista Francisco José Garzón Amo, que frenó sólo unos segundos antes del descarrilamiento, es el único imputado en la investigación judicial de las causas del accidente.

 

El exdirector de seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, ha sido citado a declarar mañana ante las autoridades judiciales sobre el descarrilamiento por los presuntos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia, después de que la Audiencia provincial de A Coruña ordenara en mayo pasado reabrir la instrucción judicial. La comisión de peticiones del Parlamento Europeo (PE) instó en enero pasado a la Comisión Europea (CE) a reabrir la investigación sobre ese descarrilamiento al constatar que "no se aseguró la independencia" del Ciaf, el órgano encargado de esa misión.

Europa dictamina que el riesgo en Angrois se pasó al conductor